La contratación del nuevo jefe de prensa del grupo del PP en el Ayuntamiento de Barcelona ha vuelto a sacar a la luz las tensiones existentes el número uno, Josep Bou, y la formación. El periodista Eduard Batlles sustituye a quien hasta ahora se había encargado de la imagen y la comunicación de los populares en Barcelona, el también periodista Joan Castelló, que ha sido despedido por Bou, según fuentes consultadas por El Liberal, "sin ninguna explicación y delante de todo el mundo".
Batlles, que a sus 24 años cobrará un sueldo de 49.000 euros anuales, es definido por Bou como "un profesional con experiencia en medios y con estudios sobre comunicación política que lo hacen válido para el puesto". Sin embargo, los críticos con esta contratación no lo consideran del mismo modo pues el joven ha demostrado en sus redes sociales una clara cercanía con el independentismo y una postura muy crítica con el PP. Batlles, incluso, defendió en su cuenta en esta red social el referéndum ilegal del 1-O y publicó una fotografía mostrando cómo votaba aquel día. Algo a lo que Bou, en declaraciones a El Liberal, resta importancia: "No me gustan los tuits que publicó. Es evidente e, internamente, ya hemos hablado de ello. Pero hasta qué punto hemos de llegar para publicar una imagen de un chaval de 17 años votando en una especie de charlotada popular ilegal".
"Más compromiso"
Bou también considera que el entonces "adolescente" puede "haber cambiado infinitas veces de pensamiento e ideología". Por ello considera "un poco mezquino y manipulador" que algunos medios hayan publicado las imágenes de Eduard Batlles y lo hayan presentado como "un reconocido separatista". "El día que me demuestre que hace mal su trabajo", prosigue, "lo cesaré al instante. Pero, hasta el momento, está trabajando con mucho más compromiso y sentido de pertenencia por la imagen del partido que otros que van por ahí solo asegurándose que los incluyan en una lista o cargo".
No parece pensar del mismo modo el presidente de la formación en la provincia de Barcelona, Óscar Ramírez, número 2 de Bou en el Consistorio y quien representa a ese sector del PP de siempre que observa con cierta suspicacia al ahora líder de la formación cuando ni siquiera es afiliado. Ramírez reprocha a Bou que decidiera el despido de Joan Castelló y la contratación de Eduard Batlles sin consultarlo con el partido. Y añade: "Para estas cosas y para otras tiene que haber un consenso y no lo hay. Es verdad que un periodista como Batlles no parece la mejor elección para el PP pero también habría que preguntarse qué hace alguien como él trabajando para un partido como el nuestro".
Josep Bou admite, por su parte, que, en general, la relación con su número 2 "es cordial pero no ideal". Y es que, asegura, "hay una anomalía" que explica porque "para nadie debe ser fácil ser el presidente provincial del partido y estar en el Ayuntamiento por debajo de mí".
Pérdida de confianza
Por otro lado, Bou no tiene ninguna duda a la hora de explicar por qué decidió prescindir de los servicios del periodista Joan Castelló: "Todo fue a menos hasta pasar distintas situaciones que hicieron que perdiera la confianza".
Otras fuentes dentro del PP rechazan la forma de actuar de Josep Bou, del que dicen que "va por libre" y "actúa como si el partido fuera su propia empresa". Y ponen como ejemplo, además del despido de Castelló, el de otros dos trabajadores el pasado mes de julio para "poner a una persona de su confianza". "No lo hizo de la mejor manera", relatan, "reunió a todos y los echó delante de los demás". "Son gente con experiencia y con la que no solo no había problemas, sino que trabajaban de forma muy profesional", explican las mismas fuentes, "ahora se han quedado en la calle sin indemnización ni derecho a cobrar el paro porque son cargos de confianza y es lo que fija su contrato".
A la pregunta de por qué sigue contando el PP de Barcelona con Josep Bou si, a estas alturas, es evidente que el empresario no está dispuesto a someterse a las directrices de la formación local, la respuesta es clara: "Se está aprovechando de la situación precaria del partido. Ahora mismo el PP tiene en toda la provincia solo 38 concejales y el dinero que recibe a través del Ayuntamiento de Barcelona es importante. Si lo sacáramos, él se quedaría como concejal no adscrito y Ramírez se quedaría solo y sin posibilidades de trabajar en condiciones en la oposición".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación