El Liberal - Política

El uso del catalán abre el debate en las redes sobre la supuesta deriva supremacista del independentismo

Para los defensores de la alcaldesa de Vic, Anna Erra, hablar del "aspecto físico" de los catalanes no es racista, mientras que los detractores consideran que se trata de un discurso xenófobo y supremacista

De poco le ha servido a la alcaldesa de Vic, Anna Erra, pedir disculpas en las redes sociales tras decir ayer en el Parlament que la defensa de la lengua catalana pasa por no cambiar de lengua "ante cualquier persona que, por su aspecto físico, no parezca catalana". Acusando a sus críticos de haber malinterpretado sus palabras, Erra ha lamentado que no se haya tenido en cuenta su trayectoria como dirigente de uno de los municipios que más inmigrantes ha acogido en los últimos años. Y todo ello cuando intentaba hablar a favor de la campaña No em canviis de llengua, promovida por la peruana Rosario Palomino, miembro de la Crida, el partido creado por Carles Puigdemont.

Muchos han sido los tuiteros que se han pronunciado a favor y en contra de las palabras de Erra. Los primeros lo han hecho basándose en el mensaje de que no hay racismo a la hora de diferenciar a los ciudadanos por su aspecto físico. Consideran que, por el contrario, sí es racista cambiar del catalán al castellano si el interlocutor tiene apariencia de ser de fuera. Algo que creen que impide que los no nacidos en Cataluña se integren y aprendan catalán. Nada dicen sobre el hecho de que, tanto los nacidos aquí como los foráneos, tienen derecho a utilizar el catalán y el castellano indistintamente y que, con este tipo de campañas, lo que se promueve es la idea de que utilizar el solo catalán es lo correcto

"Los inmigrantes que somos negros, chinos, latinoamericanos, asiáticos, somos felices en Cataluña y queremos vivir en catalán", ha asegurado en su cuenta de Twitter la promotora de la campaña, Rosario Palomino.

El vicepresidente primero del Parlament, el posconvergente Josep Costa, ha asegurado que la campaña "es una iniciativa antirracista" y ha puesto como ejemplo al artista hispano-guineano Guillem d'Efak.

La diputada de JxCat Salwa El Gharbi, nacida en Tánger, ha acusado a los detractores de Erra de "demagogia malintencionada" y de no haber interpretado correctamente sus palabras.

https://twitter.com/salwa_elgharbi/status/1227672115832332288?ref_src=twsrc%5Etfw

Más ambigua se ha mostrado la diputada de ERC, Jenn Díaz, que si bien ha defendido el objetivo de No em canviis la llengua, también ha alertado sobre el peligro de "caer en el racismo de creer que el ciudadano catalán es de una determinada manera".

https://twitter.com/JnnDiaz/status/1227654877263822848?ref_src=twsrc%5Etfw

Rechazo absoluto

En el lado contrario, los detractores de Anna Erra no han dudado en tildar de supremacistas sus palabras. Algunos como la concejala de Ciudadanos en el distrito barcelonés de les Corts, Sonia Reina, han ido más allá y han recordado a Erra cómo ha llegado al extremo de lanzar mensajes contra España y a favor de la independencia por megafonía en Vic. 

Más contundente ha sido su compañero de partido, Jordi Cañas, quien ha tirado de hemeroteca para recuperar un artículo del líder de ERC, Oriol Junqueras, en el que aseguraba que los catalanes tenían más proximidad genética con los franceses que con los españoles.

Entidades como Sociedad Civil Catalana han acusado a Erra y al independentismo de "totalitarismo" y han reclamado el fin de la "impunidad" con la que se lanzan este tipo de mensajes por parte de los separatistas desde hace años.

La líder de En Comú-Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, ha alertado sobre el peligro de este "discurso racista" en una Cataluña que es "diversa y mestiza".

Rechazo también desde el PSC y el PSOE a las palabras de Erra. El diputado Oscar Ordeig ha advertido sobre la "peligrosidad de valorar a las personas por su imagen y aspecto". El ex líder socialista José Antonio Pérez Tapias ha tuiteado que a Anna Erra "le pudo el racismo".

Otros han preferido optar por la ironía ante estas actitudes supremacistas. Es el caso del columnista de El Liberal, Juan López Alegre, que ha ofrecido a Erra su fotografía para que valore si, por su aspecto, puede averiguar si es o no catalán. 

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