Miquel Buch ha caído en desgracia. El consejero de Interior de la Generalitat y máximo responsable de los Mossos d'Esquadra es el principal objetivo de los separatistas más radicales, quienes han exigido su dimisión de forma incesante por la actuación policial ante la violencia extrema de CDR y separatistas durante las últimas tres semanas.
Buch no ha defendido al cuerpo de los Mossos d'Esquadra, cuyos agentes antidisturbios se han expuesto al lanzamiento de bengalas, piedras de un tamaño significativo, agresiones, insultos y descalificativos por parte de los CDR, quienes han protagonizado las protestas más violentas.
En vez de ello, el consejero de Interior, siguiendo las órdenes de Quim Torra, ha iniciado una caza de brujas dentro de los agentes de la Brimo, los más golpeados por los graves altercados. Estos agentes serán objeto de una extensa investigación en el Parlament de la Generalitat, para "depurar responsabilidades". Las peticiones de dimisión se concentran en el seno de JxCat, su propio partido, y de la CUP, junto a En Comú Podem.
Los independentistas de Torra han ocultado y ocultarán a Buch durante toda la campaña electoral bajo la excusa de que no es un cargo a elegir en estos comicios del 10-N. Sin embargo, sí participarán Artur Mas, expresidente de la Generalitat, junto con los presos de la formación sentenciados por el Supremo.
A Buch se le llama "botifler" -traidor a la patria catalana y uno de los peores insultos que se le pueden dirigir a un independentista. También se le ha apartado de distintos homenajes, como el día de la celebración del patrón de los bomberos. También se le ha vetado su presencia ante una 'colla de castellers', que amenazaron con no actuar si acudía el consejero de Interior.
En las protestas violentas contra los Mossos y la Policía Nacional se han quemado imágenes de Buch, junto con las de Gabriel Rufián, cabeza de lista de ERC, e incluso del propio Torra. En los cortes de este domingo en la Diagonal se han quemado también las imágenes de Buch por permitir la participación de los Mossos d'Esquadra en el operativo para proteger al Rey Felipe VI.
Veto a Buch
El pasado 25 de octubre, en el día del patrón de los bomberos, Torra vetó la presencia de Buch, pese a ser el máximo responsable de este cuerpo de emergencias. Se trata de la primera vez que el consejero de Interior no acude a esta cita tan señalada. En su lugar sí acudió Manel Pardo, director general de Interior. El patrón de los bomberos se celebra en marzo, pero debido a la aplicación del 155 se decidió postergar la fecha ante el levantamiento de este artículo de la Constitución.
En ese mismo homenaje, se propuso a los castellers de Xiquets de Valls levantar una torre humana en homenaje a los bomberos, cuya polémica actuación en los graves altercados de la semana del 14-O y posteriores ha sido muy cuestionada por no haber realizado su trabajo.
La colla chantajeó a la Generalitat con no realizar el castillo si Buch acudía al acto. Finalmente, Torra se lavó las manos y el consejero de Interior fue uno de los grandes ausentes, sin que se hayan dado las explicaciones oportunas.
La tarde del jueves avanzaba y los organizadores del evento seguían sin saber cuántas sillas para autoridades debían colocar sobre el escenario. En tiempo de descuento, se les comunicó que finalmente Buch no iría. Y horas más tarde, que tampoco lo hacía Duart. No hubo explicaciones.
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