El Liberal - Política

Ciudadanos y el PP a un paso de concurrir juntos en las elecciones catalanas

Arrimadas y Casado llegan a un principio de acuerdo que asegura una lista compartida en el Pais Vasco y abre las puertas a una coalición en Cataluña pero no en Galicia

Si algo no se tuerce, que al final siempre se acaba torciendo, Ciudadanos y el PP concurrirán juntos a las próximas elecciones en Cataluña, unos comicios que solo están pendientes de que Quim Torra les ponga fecha. Pero la fórmula para hacerlo no será ni un Cataluña Suma, de regusto azul, ni un Mejor Unidos más anaranjado. Ambas propuestas han sido lanzadas a la papelera de la historia antes incluso de nacer y se definirá una receta alternativa del tipo Cs-PP. El remake tiene todas los visos de lucir como actor principal al diputado de Ciudadanos, Nacho Martín Blanco.

Donde las cosas están más claras es en el País Vasco, donde ya se ha alcanzado un principio de acuerdo entre ambas formaciones que sienta las bases de una alianza electoral transversal y abierta. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y su homólogo en el PP, Pablo Casado, han mantenido una reunión "muy cordial y positiva", según Arrimadas, con el Pais Vasco y Galicia como asuntos prioritarios y con Cataluña en la recámara. El tête a tête de los dos líderes ha servido para desencorsetar la situación y romper el actual marco: ya no es necesario un todo o nada con las tres citas electorales servidas en el mismo paquete. Se puede ir por partes y negociar al detalle afinando la aguja en cada territorio.  

Y con esa distensión, y aunque faltan muchos flecos por pulir y muchos días por delante para hacerlo, en Cataluña será Ciudadanos quien lleve la voz cantante -aunque sin bombo ni platillo- mientras se resigna a aceptar lo que “la generosidad” que piden al PP tenga a bien concederles. En Cataluña gana enteros que se opte por una cabecera electoral del tipo Cs-PP, como ha sugerido Ciudadanos pero no acaba de convencer al PP. Lo que es imposible es su versión inversa: nada de PP-Cs en Galicia.

No es un problema de nombres ni de siglas

"Por nosotros no va a haber un problema en cuanto a los nombres", ha reiterado Arrimadas. “Ahora se trata de que el PP sea coherente” y acepte "unas reglas de juego compartidas (las que sean) en Galicia", han subrayado fuentes de la formación naranja, una vez enterradas las fórmulas del Suma y del Mejor Unidos.

El acercamiento entre conservadores y liberales en Cataluña puede incluso tener nombre propio: Nacho Martín, como ya avanzó El Liberal. El diputado de Ciudadanos es quien tiene más números para convertirse en el cabeza de cartel de una lista mixta “que seguiría abierta a incorporar independientes a derecha y a izquierda, socialdemócratas disconformes con la actual política del PSOE y a figuras relevantes de la sociedad civil”, ha reseñado un portavoz de la formación naranja.

La gran perjudicada en un posible acuerdo electoral sería la actual portavoz de Cs en el Parlament, Lorena Roldán, que perdería el estatus de presidenciable que le otorgó la militancia hace menos de un año en unas primarias con baja participación y poco disputadas. Del reparto de posiciones en las listas y el peso de cada uno “todavía no toca hablar”, matizan desde Cs.

Galicia es un hueso duro de roer

No cabe duda que los resultados en las elecciones gallegas y vascas y la forma en la que las dos formaciones concurran van a condicionar el modelo definitivo que se diseñe para Cataluña. Hasta ahora, Galicia está siendo el hueso más duro de roer. Aunque pueda parecer lo contrario desde fuera, Feijóo está dispuesto a hacer algunas concesiones a Cs, aunque se intentarán vestir de la forma más discreta posible. Hay encuestas que vaticinan que los populares podrían quedarse hasta a dos votos de la mayoría absoluta y que serían el BNG y los socialistas los que presidirían el próximo gobierno de la Xunta.

Con este escenario, si Ciudadanos se presenta en solitario en Galicia parece cantado que arañará pocos votos, porque no tiene arraigo en el territorio. Pero los pocos votos que coseche serán siempre a costa de limar los resultados PP, lo que azuza el fantasma de la pérdida de la mayoría absoluta por un puñado de papeletas. Si esto ocurre, si Núñez Feijóo sufre en descalabro en estos términos por no haber sido algo menos disciplente con Cs, la tragedia alcanzaría tintes bíblicos.

La conversación entre Casado y Arrimadas también ha servido para que el PP sea menos reticente y se abra a las peticiones de Ciudadanos, con el matiz de que las exigencias van a ser muy diferentes en Galicia, Cataluña y el País Vasco. El escollo principal es el gallego para todos, eso es de cajón. Pero Inés Arrimadas se ha comprometido a seguir presionando a los conversadores “hasta el último minuto". Y si hace falta llamará “personalmente” en las próximas horas a Alberto Núñez Feijóo para convencerle de que los dos partidos deben ir de la mano en una lista "transversal y constitucionalista" en que «ni el logo ni el nombre debe ser un problema», ha asegurado la líder de Cs.

Más protagonismo para UPyD en el País Vasco

Más fáciles y cocinadas están las cosas en el País Vasco, donde es casi inminente el acuerdo para dar cuerpo a una coalición electoral transversal y abierta (en la que también tendrían cabida UPyD y relevantes independientes). La lista única tendrá como número uno fijo al presidente del PP Vasco, Alfonso Alonso, y reservará plazas destacadas para los liberales de Cs y también para la eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundua (que ya concurrió a las europeas en las listas de Ciudananos). Incluso parece más que posible que la alianza suponga el retorno al protagonismo político de la exportavoz de UPyD y alma mater del partido, Rosa Díez.

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