El Liberal - Política

David Miquel: "Si los independentistas no quieren que los Mossos acatemos la Constitución, tienen mayoría para cambiar la ley"

El portavoz del Sindicato de Policías de Cataluña (SPC) y de la Trisindical alerta sobre la politización del cuerpo policial catalán

Arrollador sería un buen adjetivo para calificar a David Miquel, el portavoz del Sindicato de Policías de Cataluña (SPC) y de la Trisindical, que agrupa también a las centrales Colectivo Autónomo de Trabajadores y Sindicato de Mossos de Escuadra. Es también vehemente, sobre todo a la hora de recordar que los mossos son profesionales. Pero, por encima de todo lo demás, es contundente al reclamar a unos y a otros que dejen de intentar politizar un cuerpo policial que, hoy en día, es la segunda institución mejor valorada por los catalanes. 

La Unión de Mossos Constitucionalistas pide la valoración psicológica del líder de la ANC en el cuerpo, Albert Donaire. ¿Tan mal están las cosas como para llegar a estas situaciones?

Desde el Sindicato de Policías de Cataluña (SPC) creemos que para nada. Nosotros no vamos a hacer valoraciones de estas dos personas porque no tienen apenas representación en el cuerpo de Mossos ni en el Consejo de la Policía, que es el máximo órgano en el que estamos representados la Administración y los sindicatos. Sinceramente, la pelea que puedan tener es cosa de ellos. El SPC, además, nunca se posiciona políticamente porque en nuestro sindicato hay gente con diferentes maneras de pensar. Pero es que la Ley 10/1994, aprobada en el Parlament y que no ha sido modificada en ese sentido, nos exige que seamos neutrales políticamente. Después de la palabra mosso, lo que debe seguir es de escuadra. Ni mossos para la independencia, ni mossos para la unidad de nada.

Por otro lado, a lo largo de la historia la suma de policía y política da policía política. Y, a lo largo de la historia se ha demostrado, el resultado de esta suma no es bueno. Nosotros, como policías, hemos de tener un estricto cumplimiento de la legalidad y siempre hemos de atenernos a la Ley 10/1994, que es la estructura central que rige el cuerpo de Mossos.  A través de esa ley , juramos o prometemos cumplir y hacer cumplir la Constitución. Si alguien pretende o cree que los mossos no tenemos que hacer caso de la Constitución, es muy sencillo. Ha habido mayorías suficientes en el Parlament de Cataluña como para modificar esta ley y que pusiera otra cosa. Y no se ha hecho. Nosotros haremos lo que marca la ley. Si esa ley que emana del Parlament no les gusta, que lo modifiquen.

Una policía politizada no es buena para la sociedad. Y una policía polarizada puede ser aún peor. Es verdad que ni la UMC ni la ANC tienen realmente detrás un número de mossos significativo. Pero da la impresión de que sí existe una división entre constitucionalistas e independentistas en el cuerpo. Si eso fuera así, ¿podría ser un peligro para los ciudadanos?

Que existan pequeños grupos y que se polaricen no me parece mal. Eso lo vamos a ver siempre en todos los estamentos y dentro de la sociedad. Pero la gran mayoría del cuerpo de Mossos son excelentes profesionales que no se dejan influir por este tipo de cosas. A un policía se le exige ser neutral políticamente y apartar lo que sería una polarización. Cuando uno se pone el uniforme, se hace un reset en la cabeza y, a partir de ahí, nuestras actuaciones jamás pueden estar guiadas por ninguna influencia externa. Es verdad que algunos han cruzado esa línea y han sido sancionados por la propia División de Asuntos Internos (DAI). Son miembros tanto de la UMC como de la ANC. A uno por el uso del uniforme para hacer una actividad que el propio cuerpo entiende que no tenía que haberlo usado y, por el otro lado, hay un expediente disciplinario contra el mosso del otro grupo.

Podemos encontrarnos un cuerpo de Mossos partido por la mitad, como lo está actualmente la sociedad.

Entiendo entonces que, desde la cúpula de Interior, se está intentando que ni unos ni otros pongan en juego el prestigio de los Mossos.

Así nos lo han trasladado a nosotros. Y hay expedientes abiertos. Es bueno y es sano que los máximos mandos velen para que esto no suceda. Si no se persiguen este tipo de comportamientos, corremos el riesgo de que estas polarizaciones, que ahora son minúsculas, se extiendan y, al final, nos encontremos con un cuerpo de mossos partido por la mitad como lo está la sociedad actualmente. La policía tiene que mantenerse al margen de todo esto. Somos profesionales y hemos de atender a todo el mundo, vote a quien vote. A partir de ahí, tenemos que hacer cumplir la ley a todos, voten a quien voten, tengan el color de piel que tengan o sea cual sea su tendencia sexual. La policía no entra en eso. Nuestra biblia es el Código Penal y, si detectas que alguien lo ha vulnerado, tienes la obligación de actuar. Si no lo hacemos, las penas que nos caen son mayores que a las de un ciudadano normal.

Si se dieran las circunstancias para que otro presidente de la Generalitat volviera a proclamar una declaración unilateral de independencia, ¿cuál sería la reacción de los Mossos?

No voy a eludir la pregunta (risas). No es una pregunta cómoda. En nuestro caso, quiero recordar que un cuerpo policial es una estructura piramidal. Unos ordenan y otros cumplimos esas órdenes. En medio, hay también una estructura que forma parte de una cadena de mando. Lo que nosotros hacemos va siempre ligado a las órdenes que se reciban. Nosotros estamos bajo las órdenes de quien esté al frente de Interior. Pero la Ley 10/1994 también dice que, si recibimos una orden que no se ajusta a la legalidad, no tenemos por qué hacer caso de esa orden. También le digo que intentar responsabilizar a los policías de determinadas actuaciones que no han gustado no es de recibo. Todo  lo decide la máxima estructura del cuerpo de Mossos.

Los Mossos no somos el ejército de ningún país. Somos la policía de todos.

En el caso de los altercados posteriores a la sentencia del 1-O se entiende que ustedes han actuado conforme a la ley. Otra cosa es que, desde el punto de vista de los radicales, se vea mal que un consejero como Miquel Buch, independentista, ordene actuar contra ellos.

Si en una manifestación se detecta un movimiento que es constitutivo de delito, aunque no tengas órdenes de cargar, tenemos la obligación de actuar. Y eso se ha hecho así siempre. En manifestaciones relativamente pacíficas, donde no había motivo para hacer una carga, hemos visto cómo se saca a alguien de la manifestación y queda detenida o no. A partir de ahí, siempre tenemos que actuar, pero siempre hay unas órdenes.

Usted dice que, si realmente se deseara poner a los Mossos al servicio de la independencia, será tan fácil como modificar la Ley 10/1994. Y eso no se ha hecho. A través de esa ley, se mantiene la lealtad de los Mossos a la Constitución.

Nuestro sindicato ha sido muy criticado por decir que los Mossos no somos el ejército de ningún país y que somos la policía de todos. Cuando dices esto, que debemos ser neutrales y que la ley nos dice que hemos de cumplir y hacer cumplir la Constitución, mal que le pese a algunos, automáticamente te sitúan en un bando político. Pero es que esto no va de política. La ley nos dice qué hemos de hacer. Esa ley es catalana y emana del Parlament. Si no les gusta eso, que es lo que parece, es muy sencillo. Tienen mayoría y pueden modificar la ley.

Pero el independentismo, con mayoría en el Parlament, nunca se ha planteado esa modificación.

Eso se lo tendrá que preguntar a los que tienen la capacidad de hacer esa modificación.

 

Se da una situación paradójica. Los que promueven los disturbios tras la sentencia del 1-O son los mismos que, después, les dan a ustedes las órdenes de actuar en contra de esas protestas. El máximo responsable de los Mossos, Miquel Buch, es un conseller independentista y él avala la actuación del cuerpo policial.

Yo no puedo hacer valoraciones políticas de ningún tipo porque somos un sindicato que no tiene ningún color político. Si le respondo, estaría tomando partido y, además, vulnerando la ley 10/1994.

Los que nos critican son los mismos que nos dejaban flores sobre los coches después de los atentados de agosto de 2017.

 

Los Mossos son la segunda institución mejor valorada por los catalanes. El consejero Buch les respalda y avala sus actuaciones durante los disturbios. Sé que no hará valoraciones políticas, pero ¿qué opinión le merece esta situación?

Las actuaciones de estos días han provocado críticas. Nos piden la disolución de la Brigada Móvil (BRIMO). Y muchos de los que nos están criticando son los mismos que nos dejaban flores sobre los coches y nos daban abrazos después de los atentados del 17 de agosto de 2017. Cuando los compañeros nos comentan que no entienden nada, nuestro mensaje desde el SPC es no se vengan muy arriba con los abrazos y los elogios, pero que tampoco se dejen afectar por las críticas. La policía, mal que le pese a unos y a otros, ha de hacer su trabajo y coger una línea y seguirla. Si nos salimos de la línea, ya no seremos profesionales. Nosotros no podemos actuar por las críticas o los aplausos. Nuestro trabajo está extremadamente fiscalizado a nivel interno y externo. No hay ninguna profesión que tenga tantos mecanismos de control cuando hay una mala praxis. Y los primeros interesados en que no haya una mala praxis somos los propios agentes de policía por el daño que se le puede hacer al resto del colectivo. Ni había que creérselo tanto tras el atentado del 17 de agosto ni ser permeable a las críticas de ahora.

Todo depende de la percepción del ciudadano. Si le has ayudado, te alabará. Y, si no, te criticará.

Todo va en función de quien te valora y del momento en el que hace esa valoración. Si un agente te para en la carretera porque has cometido una infracción y te sanciona con una denuncia administrativa que te costará 200 euros, cuando os despidáis, irás jurando en arameo y acordándote de él y de toda su familia. Si el mismo agente, en la misma carretera, te ayuda porque has tenido una avería o un pequeño accidente, verás la luz. Es el mismo agente, pero en función de la situación en la que tú estés, será un héroe o un villano. ¿Y qué ha hecho ese agente? Única y exclusivamente, cumplir sus obligaciones. Hay que tener en cuenta que cuando hay una actuación policial para mantener el orden público, no es agradable. Pero a veces, para mantener o restablecer ese orden, hay que actuar. Sin embargo, no podemos olvidar que el 95% del trabajo que hace la policía es asistencial y solo un 5% es represivo. Y, cuando hay que hacer ese trabajo represivo, está extremadamente regulado. Si entre toda la sociedad hay unanimidad y mañana se decide que la policía ha de desaparecer, pues habrá que acatarlo. Pero la verdad es que nadie quiere prescindir de la policía. Es señal de que debemos ser necesarios.

La violencia no es una buena vía. Y en esto debería coincidir todo el mundo.

El presidente Quim Torra esta semana se ha pronunciado a favor de un sociólogo norteamericano, Paul Engler, que ha advertido a los independentistas de que, para romper con España, hacen falta sacrificios y mártires. ¿Se plantean ustedes un escenario tan catastrofista en Cataluña?

A través del Consejo de la Policía, nosotros tenemos reuniones que nos permiten captar o sondear un poco por dónde  van a ir los tiros desde el punto de vista político. Y, paralelamente a eso, nos reunimos con los máximos responsables policiales del cuerpo. Hasta ahora, por las informaciones que manejamos, no podemos prever algo así en Cataluña. ¿Eso quiere decir que no vaya a ocurrir? Pues no lo podemos asegurar porque no tenemos una bola de cristal. En mi opinión, la vía de la violencia no es una buena vía. En esto debería coincidir todo el mundo. Cuando vemos estallidos de violencia, se trabaja para que no ocurran. Pero hemos de recordar que, en estos últimos disturbios, estuvimos a punto de tener un muerto. Tuvimos un compañero de la Policía Nacional que estuvo muy grave en la UCI y se llegó a temer por su vida. Es verdad que no habíamos previsto algo así. Y nos sorprendió a todos el grado de violencia que se empleó. Nunca se había cruzado esa línea. Nosotros, para mantener a distancia a los manifestantes violentos, tenemos prohibido emplear determinados elementos que sí se pueden utilizar por parte de otros cuerpos policiales, como la Policía Nacional. Si ellos no llegan a tener esos elementos para echarnos una mano, no sé qué hubiera pasado.

Lo que está claro es que, si alguien sale de su casa con ácido, cojinetes de acero y tirachinas de alta precisión, hay que entender que lo hace con un ánimo no muy pacífico. Esto no fue una reacción a nuestras actuaciones. Yo no recuerdo ninguna intervención de orden público cuando en el otro lado no se ha cruzado la línea de la violencia.

 

Pero es que tampoco se habían visto en Barcelona cosas como arrancar literalmente el suelo para lanzarlo contra los Mossos o la Policía Nacional.

Y, además, con una organización. Había personas con picos arrancando esos adoquines y eso se pasaba a otros grupos para que los rompieran para proporcionar proyectiles más pequeños. Esos trozos se entregaban a otro grupo y ese se lo llevaba a otro que era el que nos los tiraba. Pero le recuerdo que intentaron tirar un helicóptero con cohetes pirotécnicos. Nosotros, como sindicato, hemos analizado este hecho con pilotos profesionales y nos han dicho que, si llega a impactar, el piloto podría haber sufrido ceguera, aturdimiento y le hubiera resultado difícil mantener el control del aparato. Hablamos de un helicóptero policial, no un aparato de lujo. Si ese elemento pirotécnico llega a entrar, es bastante probable que el piloto hubiera tenido serios problemas para mantener la posición de la aeronave.

Cuando uno ve todo esto, constata que se ha cruzado una línea muy fuerte. Cuando dicen que no hemos sido proporcionales en nuestras actuaciones, mi respuesta es que tienen razón. Nosotros no hemos tirado bolas de cojinetes con tirachinas y que han perforado las chapas de las furgonetas y que han roto algún escudo. Nosotros no hemos intentado tirar un helicóptero. Nosotros no hemos lanzado ácido. Pervierten el discurso victimizando al agresor y centran el problema en dos golpes de defensa o de porra…

Es pueril pensar que, si cruzas la línea en una manifestación, no te va a pasar nada.

 

Cuando uno va a liarla ha de ser consecuente y asumir la responsabilidad.

Eso debería ser lo normal. Pero se intenta dejar a la policía como la provocadora de los altercados. Parece que, para algunos, el hecho de estar allí sin más ya era una provocación. Afortunadamente, para la mayoría de los ciudadanos no es así. Se intenta hacernos pasar por agresores y a ellos como víctimas y mi respuesta es que en los manifestantes había una preparación previa como salir de casa con acelerantes para incendiar más rápido los contenedores o con las mochilas llenas de bolas de acero. Yo sospecho que, cuando alguien hace todo esto, ya hay una predisposición a no mantener la situación dentro de la calma.

O hay un cierto infantilismo o hay una percepción de que los mossos no actuarán porque están a favor de un gobierno independentista.

Esas valoraciones las deberían hacer los manifestantes. En mi opinión, es muy pueril pensar que, si cruzas la línea en una manifestación, no te va a pasar nada. Y hay que recordar que esos días hubo muchas manifestaciones pacíficas en las que no tuvimos que intervenir para nada.

¿Qué opina de Tsunami Democràtic?

Como sindicato, no nos toca opinar sobre esto. Pero que existan organizaciones que puedan promover protestas desde el pacifismo, me parece bien. No voy a entrar en si cortar carreteras es o no violencia. Eso ya lo dirán los jueces. Nosotros somos un sindicato y hemos hecho muchas manifestaciones. Pero en nuestras protestas no se ha lanzado nunca un objeto, ni se ha roto mobiliario urbano, ni se ha hecho nada de lo que se ve en otro tipo de manifestaciones. El derecho de protesta no da derecho a las imágenes que vimos. Pero si alguien promueve ese derecho de protesta desde el pacifismo, ningún problema.

 

¿Y en cuanto a los CDR? No podemos olvidar que ahora mismo siete de ellos están en prisión preventiva por presuntos delitos de terrorismo.

Creo que cuando un cuerpo policial ejecuta unas detenciones dentro de una investigación judicial es porque tiene suficientes indicios. Todo está siendo tutelado por un magistrado que es quien está al corriente de todas esas investigaciones. Cuando se hacen estas detenciones es porque hay indicios suficientes. Ahora mismo esto está en un sumario y, por prudencia, profesionalidad y respeto absoluto al sistema judicial, tendremos que esperar a ver qué pasa en ese juicio. Cuando todo el proceso acabe, veremos realmente qué tipo de responsabilidad tenía cada una de las personas que han sido detenidas y hasta dónde queda demostrada una intención u otra. 

No es de recibo dar a entender que los detenidos por presuntos delitos de terrorismo representan al conjunto de los CDR.

 

Mucha gente cree que dentro de un independentismo acorralado a la hora de alcanzar sus objetivos sí puede surgir un grupo que opte por la vía del terrorismo. ¿Sorprendió a los Mossos descubrir que estos CDR podrían estar, presuntamente, preparando atentados? ¿Lo esperaban?

En un grupo muy numeroso siempre puede haber alguien que pueda optar por esta vía. A priori, esta vía choca directamente con todo lo que se ha promovido desde el inicio del procés, donde siempre se ha hecho gala de pacifismo a la hora de hacer reivindicaciones políticas. Y eso ha sido así. Que alguien pueda cruzar la línea y, presuntamente, elegir otro camino, es posible. Pero siempre se encontrarán con un cuerpo policial que va a poder actuar y que lo hará. Es un camino erróneo pero, a partir de aquí, si alguien decide cruzar la línea y formar parte de algo que no sea una reclamación pacífica, allá él.  De todos modos, creo que tampoco es de recibo dar a entender que estos detenidos representan al conjunto de los CDR. No es justo dar a entender de manera interesada que todos los CDR son los que cruzan la línea. No es verdad y no podemos decir lo que no es. No es verdad que todo el independentismo sea violento. Y si hay algún repunte por un lado u otro, aquí estará la policía para mirar de abortar esa posible violencia.

 

En numerosas ocasiones, los sindicatos de Mossos han denunciado falta de apoyos, falta de material para trabajar, salarios insuficientes… Esto choca con las alabanzas del consejero de Interior que, incluso, esta semana ha llegado a decir que los Mossos han de ser la policía más moderna de Europa. 

Mossos preside ahora mismo Eurocop. Y le puedo decir que hay países europeos nórdicos donde la policía tiene derecho a la huelga. Aquí no lo tenemos. No tenemos los mismos derechos que tiene un ciudadano. Si realmente se quiere tener la policía más moderna de Europa, habrá que fijarse en esos modelos nórdicos. Es evidente, por otro lado, que los políticos te dan muchos golpecitos en la espalda. Y eso viene bien en muchos momentos como el actual, con un cuerpo sometido a un estrés que no sufren otros cuerpos y que, además, está haciendo un sobreesfuerzo para poder llevar a cabo el trabajo. Pero ese golpecito en la espalda mediático no es suficiente. Está muy bien pero también es verdad que nos hubiera gustado que el consejero Buch no hubiese tardado tanto en salir a defender a los Mossos y que, además, hubiera hecho una defensa más contundente. Buch es el máximo responsable de Interior y, por ejemplo, aún no ha cumplido el acuerdo que alcanzamos con el consejero Joan Saura en 2008. Es un acuerdo cuyo último tramo tendría que haberse aplicado en 2011. Y, entre Saura y Buch, ha habido muchos consejeros y ninguno de ellos ha dado cumplimiento a lo que se ha firmado.

Si la policía no está bien equipada, si no hay efectivos, si es difícil la conciliación, los golpecitos en la espalda no son suficientes.

A los políticos no les gusta que los sindicatos digamos que un compromiso firmado con la Generalitat es papel mojado. Pero a las pruebas me remito. Se pusieron los recortes como excusa pero hace tiempo que no estamos en esa tesitura. Yo sigo recordando que los únicos funcionarios de España que no han recibido las retribuciones que les quitaron son los de Cataluña. Y no solo el cuerpo de Mossos. No hay ningún funcionario catalán que haya recuperado sus pagas de los años 2013 y 2014. 

 

¿Cuáles eran los principales puntos de este acuerdo?

Básicamente, que den cumplimiento a la equiparación con los Bomberos. Falta el último tramo. Falta incrementar el número de efectivos, porque estamos trabajando bajo mínimos. Ahora mismo somos unos 17.300 mossos. El cálculo de personal se hizo en base a la población que tenía Cataluña en 2008, que entonces era algo más de 6 millones de personas, sin contar la población flotante. Afortunadamente, el turismo cada vez es aquí más potente, pero no se hizo una previsión al respecto. Ahora mismo hay más de 7 millones de tarjetas sanitarias pero hay mucha gente al margen del sistema, que vive y actúa dentro de Cataluña y eso también hay que tenerlo en cuenta. Necesitamos también más recursos materiales. Y, por supuesto, si en 2019 no se ha aplicado un acuerdo de 2008, una actualización del mismo. Hay que sentarse a negociar con voluntad y con ganas, no solo de cara a la galería, unas mejoras para el cuerpo de Mossos que hará que no estemos en la situación actual.

Hay que pensar que, mientras tanto, la Generalitat sí ha negociado mejoras con otros colectivos. Y esto ha provocado un conflicto que se mantiene a día de hoy. Los sindicatos y los grupos ya les hemos pasado un documento con 15 puntos para negociar. Llegamos a encerrarnos en la Consejería de Interior. Y poco después Buch dijo que, de esos 15 puntos, 13 estaban resueltos. Y no es cierto. Le puedo contar que tenemos agentes en sitios como Vielha que, a las 8 de la mañana, están a 8 grados bajo cero y sin la ropa adecuada para trabajar. Cuando ves que la policía no esté bien equipada, que no hay efectivos suficientes, que los agentes no pueden conciliar su trabajo con su vida familiar, que la Generalitat no se sienta a negociar, las palmaditas en la espalda no son suficientes. Hasta que no se solucionen estos problemas, no podremos creer que realmente apoyan a los Mossos. Y eso sin olvidar que, mientras recibimos el apoyo, paralelamente, hay parlamentarios exigiendo que nos sancionen. 

 

Volvemos a esa lógica del ciudadano que, según le vaya con los Mossos, opinará una cosa u otra.

Cierto. Pero es que nosotros siempre nos hemos quejado de la excesiva politización del cuerpo. El SPC siempre se ha quejado de que un cuerpo policial no puede ser el arma arrojadiza para desgastar al adversario político. Sin embargo, esto se ha visto constantemente entre el Gobierno autonómico y el central. Pero también lo hemos visto dentro del Parlament entre Gobierno y oposición. Nosotros pedimos que deje de ser así. Bastante complicado es nuestro trabajo como para tener que estar viendo constantemente como, a pesar del gran sacrificio personal y familiar que hacemos, los políticos nos utilizan para desgastarse entre ellos. La política debería quedarse en el ámbito político y, lo policial, en el policial. Pero muchos de los que defienden esta postura, luego hacen lo contrario. Esto sucede también con la Policía Nacional y con la Guardia Civil.

 

¿Por qué no actuó la Guardia Civil en los altercados posteriores a la sentencia del 1-O?

Porque no recibieron las órdenes para actuar. Si las hubieran recibido, lo habrían hecho. Cualquier policía actúa cuando recibe órdenes. E igual que se critica a la Guardia Civil por no actuar, dado que no había recibido las órdenes, a nosotros se nos critica por hacerlo, cumpliendo la orden que nos habían dado. Yo no valoro si fue bueno o no que no se diera la orden a la Guardia Civil. Pero constato que aquí había efectivos preparados y no salieron porque nadie les dio la orden. Actuar o no actuar no es una decisión policial. Y, ante la situación límite que estábamos viviendo, le puedo asegurar que los antidisturbios de la Guardia Civil estaban deseando salir para ayudar. Le hablo de una situación en la que los compañeros de la Policía Nacional llegaron a quedarse sin material y tuvieron que recoger el que habían lanzado para poder seguir trabajando. ¿Por qué en el caso de la Guardia Civil queda claro que no actuaron porque no recibieron la orden y, en el caso de los Mossos, hay quienes no entienden aún que actuamos porque esa fue la orden que nos dieron?

 

Quizás es porque la situación que se vive en Cataluña tiene esa consecuencia sobre el cuerpo de Mossos. 

Por eso nosotros exigimos que se nos deje al margen de la política. 

 

¿Han mejorado las relaciones de Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil?

Es que, a nivel de base, nunca ha habido problemas.  Existe la leyenda por parte de los grupos minoritarios polarizados que hay en cualquiera de estos cuerpos policiales. Pero, en general, no tenemos ningún problema entre nosotros. Quien fomenta este tipo de leyendas es quien quiere politizar a los cuerpos policiales. Al ciudadano le da igual el uniforme que lleves porque lo que quiere es que le soluciones el problema. La gran mayoría de los ciudadanos no quieren una policía politizada. ¿A quién le interesa realmente trasladar la imagen de que cada uno mira para lo suyo? Pues a quienes les interesa polarizar todo.

 

España sigue en alerta 4 por terrorismo. Barcelona fue escenario de un gran atentado en 2017. ¿Cuál es la situación actual?

La alerta 4 es la gran olvidada. Pero la policía nunca deja de trabajar. Incluso en estos días de disturbios, las unidades encargadas de hacer frente al terrorismo internacional no han dejado de trabajar. Y no pueden dejar de trabajar porque está en juego la seguridad de todos. Pero es verdad que hoy casi nadie se acuerda de que estamos en alerta 4. Y eso implica que todos los cuerpos hemos de estar muy pendientes de este asunto para que no vuelva a suceder lo de agosto de 2017. Nuestro trabajo no se ve en el día a día, solo cuando no hemos sabido detectar a una persona o una célula aislada que ha podido provocar un atentado con éxito. Ahí todo el mundo se acuerda de que estamos en nivel 4 y todo el mundo cuestiona el trabajo policial. Pero la cantidad de trabajo sordo diario que permite abortar mucha cosas no se ve.

 

Cataluña es un punto caliente en este asunto.

No es el único sitio pero sí es cierto que aquí se han producido muchas detenciones. 

Si los políticos no toman medidas, ya saldremos a recordarles que seguimos en alerta 4 por terrorismo.

 

El terrorismo yihadista, ¿no atenta más porque no puede o porque no quiere?

Creo que porque no han podido. Afortunadamente, desde Mossos se ha hecho mucho trabajo para abortar y detener a esta gente. Y también lo han hecho el resto de cuerpos. Porque, insisto, nos va la seguridad de todos. E insisto de nuevo: al ciudadano le da igual qué cuerpo actúe en estos casos. Lo que quiere es que, ante la posibilidad de un atentado terrorista, la policía lo pueda abortar. Nuestra función es garantizar la seguridad de la gente, no salir a manifestaciones a provocar a manifestantes (risas). Pero hay que tener en cuenta otra cuestión. Lamentable y afortunadamente, en España hemos tenido ya grupos terroristas en activo. Y no le hablo solo de ETA. En nuestro país está constatado que han actuado, de una manera u otra, más de 70 bandas terroristas. La recopilación la ha hecho Roberto Manrique en un trabajo excelente. Y la realidad es que la actuación de todas esas bandas ha permitido a la policía curtirse mucho en este tema. Nos ha dado mucha experiencia. Y, afortunadamente, esa experiencia, aunque los modos de estas bandas sean diferentes, se ha podido utilizar para hacer frente al terrorismo yihadista. Pero, lamentablemente, no existe la seguridad al 100% y ahí están los atentados del 17 de agosto de 2017.

 

¿Se seguirán tomando, entonces, medidas ante, por ejemplo, las grandes aglomeraciones de gente que se producen en Barcelona en fechas como las navideñas?

¡Por supuesto!  Y, si vemos que no es así, ya saldremos algunos representantes sindicales a recordar a los políticos que no se olviden del nivel 4 y que hay que hacer ese sobreesfuerzo para tener el máximo control de la situación y que no se pueda repetir un atentado.

 

¿Cuáles son ahora mismo los principales problemas delincuenciales que afronta la sociedad catalana? 

Nos estamos dejando la piel en la lucha contra delitos como las agresiones sexuales, que son una aberración. Por supuesto, no dejamos de luchar contra la violencia de género, que algunos quieren negar. Y eso es una irresponsabilidad política. Por otro lado, en Cataluña sí hemos detectado un aumento delincuencial progresivo y preocupante. Es verdad que los grandes delitos se mantienen o hay un ligero descenso. Pero hemos vuelto a tipologías delincuenciales que estaban a niveles muy bajos y que estaban muy en apogeo en los años 80. Le hablo del robo con fuerza e intimidación. Se producen en los domicilios pero también en la calle, con la navaja. 

 

Habla de una delincuencia que, en los 80, estaba muy vinculada al consumo de heroína. 

Claro. Este crecimiento está muy vinculado al crecimiento de los narcopisos en Barcelona. En el momento en el que se ha hecho limpieza del centro de Barcelona, esa tipología delincuencial ha descendido. 

Hemos vuelto a tipologías delincuenciales que estaban muy en apogeo en los años 80.

 

¿Ha crecido en Cataluña el consumo de heroína?

Nunca ha desaparecido pero sí que hemos detectado que hay un incremento. Todas las drogas son perjudiciales, pero las llamadas drogas duras, como la heroína y la cocaína, no tienen nada que ver, en lo que a delincuencia se refiere, con la marihuana o hachís. No estoy diciendo que estas drogas sean buenas. Para nada. Pero las tipologías delincuenciales relacionadas con el consumo de estupefacientes van más atadas a las drogas duras que a las mal llamadas blandas. Cualquier tipo de estupefaciente genera un daño a la salud. Pero es verdad que, en lo que a delincuencia se refiere, la heroína y la cocaína generan muchos más problemas. No podemos olvidar, además, que el territorio español es la puerta de entrada de estas drogas a Europa. Y tampoco podemos obviar que el consumo de cocaína en España es muy elevado. 

 

¿Es Barcelona una ciudad sin ley como parecía este verano?

Yo no lo calificaría así. Se ha comparado mucho con Madrid por esa dualidad de capitales. Pero las estadísticas entre ambas son muy similares. Esto se calcula en base a la población estable y es cierto que Madrid, estadísticamente, registra cifras algo más bajas. ¿Es Madrid una ciudad sin ley? Yo creo que no. Pero hay repuntes que suelen ir vinculados a falta de efectivos de la policía en la calle. Ahora, en cuanto los políticos se ponen las pilas y deciden que han de potenciar las inversiones en seguridad, se ven resultados. Hay que tener claro que, junto a la sanidad y a la educación, la seguridad es uno de los pilares básicos de cualquier sociedad. Pero suele ser la gran olvidada. Queda mejor decir que hemos abierto un hospital. Sin embargo, los hechos demuestran que, en cuanto el político decide invertir en seguridad, eso se traduce automáticamente en una disminución de los hechos delincuenciales.

 

 

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