El Juzgado de Instrucción número 2 de Terrassa ha llamado a declarar la semana que viene como investigada (antiguamente, imputada) a la profesora del colegio Font d’Alba de la misma ciudad, y de ideología independentista, que el 17 de junio del 2019 presuntamente agredió a una de sus alumnas por pintar una bandera española en la portada de un trabajo. Debido a la presunta agresión, que fue reconocida por el propio centro, y a que la Generalitat no actuó con la diligencia que como cabría esperar en un caso tan grave como este, los padres tuvieron que sacar a la niña y también a sus hermanas del colegio por miedo a represalias.
Si el estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus no obliga a aplazar la vista, la profesora deberá aclarar ante el juez si, como denuncian los padres, "increpó y zarandeó a la alumna y la humilló ante sus compañeros por pintar una bandera española" en la portada de su trabajo de fin de curso. Según la denuncia, la investigada rompió el dibujo de la niña, la agarró de un brazo, para sacarla fuera de clase y dejarla sola en el pasillo, tan fuerte que la niña se cayó al suelo. El parte médico que acompaña a la demanda señala que la niña sufría molestias en una mano y en la espalda. También se deberá aclarar si con la agresión se cometió también un delito de odio.
Durante la declaración de otros maestros del centro ante el Juzgado de Instrucciñon número 2 de Terrassa ha quedado constado que la profesora llevaba un lazo amarillo cuando agredió a la pequeña pese a que en un centro escolar público no puede exhibirse ideología de ningún tipo. El colegio alega que ha pedido reiteradas veces a la maestra que se quitara el lazo en horas de clase pero ella había desobedecido al requerimiento.
El expediente de la Generalitat solo aprecia unan falta leve
Tras la denuncia de los padres, la Conselleria d’Ensenyament de la Generalitat de Cataluña abrió un expediente disciplinario a la maestra que quedó en agua de borrajas porque no se pudo "evidenciar fehacientemente un maltrato físico", y los inspectores tampoco percibieron "motivación ideológica de la docente en su actuación, ya que también rechazó los símbolos y dibujos de otros alumnos al considerar que no se ajustaban a los criterios dados al grupo en la clase". No obstante, el informe de la Generalitat concluye que la profesora pudo cometer una falta leve al romper en público el trabajo de la alumna o al dejarla sola en el pasillo cuando la echó de clase. Este expediente disciplinario está paralizado a la espera de que haya una resolución judicial
La familia de la niña presuntamente agredida tuvo que cambiar a la niña y a sus hermanos de centro por miedo a las represalias, algo frecuente en los colegios cuando se trata cuestiones relacionadas con el uso del castellano, el adoctrinamiento en las aulas o, simplemente, por no compartir las directrices separatistas que acostumbran a seguir las escuelas públicas catalanas. Según publica el rotativo El Mundo, citando fuentes de la familia, la menor todavía sufre secuelas por este episodio y cuando declare ante el juez en calidad de víctima tendrá que hacerlo acompañada por psicólogos.
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