Que la gestión de la alcaldesa Ada Colau (Barcelona en Comú) y el primer teniente de alcalde Jaume Collboni (PSC) al frente del Ayuntamiento de Barcelona dista mucho de ser ejemplarizante, es algo de dominio público. Cada dos por tres, en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB) aparecen jugosas adjudicaciones a dedo promovidas el que gobierno municipal y destapadas por El Liberal que, aunque legales, chirrían. Unas veces porque los importantes están en el linde máximo que permite escapar al concurso público y las otras porque se adjudican directamente a entidades o sociedades ideológicamente afines a la alcaldesa sin que existan auténticos motivos de peso que lo justifiquen. Eso cuando no se encargan trabajos y servicios a empresas investigadas por corrupción, como es el fragante caso de Inipro, mercantil contratada pese a estar investigada judicialmente.
Está claro ante este enrarecido panorama “es urgente adoptar medidas y que el gobierno de Colau y Collboni rinda cuentas y gestione el gasto de dinero público de forma eficiente”, reclama la presidente del Grupo Municipal de Ciudadanos, Mari Luz Guilarte. Y ha añadido, sin cortapisas, “tenemos suficientes pruebas que indican que no se está actuando como se debería”.
Para que se ponga coto a este pernicioso hábito que lastra la imagen de Barcelona con sus tintes caciquiles, Ciudadanos pedirá en el próximo pleno municipal que se apruebe un paquete de medidas que ponga freno de una vez por todas al amiguismo y a los chiringuitos políticos pagados con dinero municipal y ayude a “a luchar contra el fraude y el favoritismo en la contratación pública del Ayuntamiento de Barcelona y de sus empresas municipales”. Guilarte insiste en que “no se puede consentir que la adjudicación del 94% de los contratos del Ayuntamiento de Barcelona se haga por la vía del dedazo”
Más precauciones contra los sospechosos de corrupción
La más elemental de las nueve medidas contra las contrataciones ‘oscuras’ de Colau propuestas por Cs es que se tomen precauciones, pero en serio, contra los sospechosos de corrupción, como Inipro. La forma de hacerlo sería, directamente, no invitar a participar en las contrataciones menores, (lo que vulgarmente se llama adjudicaciones directas o a dedo) a empresas que están siendo investigadas “por corrupción”.
“El ayuntamiento de Barcelona y sus empresas deben respetar las leyes de contratación pública y Colau debe dejar de vulnerar la igualdad de oportunidades”, remarca la concejal de Cs. Este celo especial también debe empezar a guardarse con las empresas que concurran agrupadas en Uniones Temporales de Empresas (UTE) que resultan ser ficticias y que adulteran los concursos públicos.
El segundo bloque de acciones avala un endurecimiento del filtraje previo. Como ha quedado demostrado que en Barcelona se abusa claramente de las adjudicaciones directas, Cs propone que “se reserve” esta fórmula contractual solo para casos “puntuales” y verdaderamente “excepcionales”. Es la única solución para que esta clase de triquiñuelas dejen de ser “una práctica generalizada”, lamenta Guilarte, y por la que se opta a la primera de cambio.
Siempre siguiendo los procedimientos ordinarios
Lo correcto sería que sen adjudicaciones y contrataciones se siguieran siempre los procedimientos administrativos ordinarios o rutinarios. Lo mismo debería hacerse, recomiendan desde Ciudadanos, con las autorizaciones de gasto genéricas (en las que no queda claro el fin último de la inversión) así como los anticipos de caja fija, que deberían desaparecer por completo y otorgarse solo “en situaciones muy concretas y con carácter residual”, propone la portavoz de la formación naranja.
Ciudadanos propone que se eliminen los criterios de evaluación subjetivos en bien de la transparencia y para que no haya lugar a sospechas
Para evitar suspicacias, Ciudadanos propone que se eliminen de los pliegos de condiciones de los concursos municipales “los criterios de evaluación subjetivos y sujetos a juicios de valor”, para así dotar al procedimiento de mayor objetividad y transparencia. La formación naranja apuesta porque se puntúen las mejores ofertas y se seleccione la mejor únicamente en base a criterios objetivos, perfectamente contrastables, y que no den lugar a sospechas.
Para garantizar la transparencia se propone poner en práctica un plan de integridad en el proceso de contratación y de información de la misma. Así, salvo incidencias por problemas presupuestarios, Ciudadanos aboga por que siempre se publique la adjudicación de una obra o servicio durante la primera quincena del mes de enero de todos los ejercicios en el Portal de Transparencia y en el Perfil del Contratante, la planificación anual de la contratación. Lo mismo debería aplicarse a las contrataciones menores, con la diferencia que las mismas deberían publicarse en los quince días posteriores al cierre del trimestre. “La transparencia en las licitaciones municipales tiene que ser todavía más amplia”, reivindica Guilarte.
Detección de conflictos de intereses en la contratación
Otra de las propuestas para acabar con el amiguismo y los contratos a dedo, y porque algunos se beneficien de ello para su lucro personal, es que las continuas modificaciones contractuales que aprueba actualmente el gobierno de Ada Colau -por motivos más o menos tolerables- pasen a ser “excepcionales”. Y si al final deben acabar introduciéndose modificaciones, que se haga “de forma justificada, sin alterar la naturaleza global del contrato inicial”, recalca la presidente del Grupo Municipal de Cs.
Por último, Ciudadanos sugiere que se inicie una campaña de difusión y conocimiento acerca del Buzón Ético y de Buen Gobierno de Barcelona, con el fin de “favorecer la detección de posibles conflictos de intereses en los procesos de contratación pública”, suscribe la concejal de Ciudadanos, y también para limpiar la imagen de Barcelona, que buena falta le hace.
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