El acto de Carles Puigdemont en Perpignan ha agrandado la brecha en el independentismo. Las marcadas diferencias entre JxCat y ERC se han visualizado también en este evento separatista.
Los postconvergentes liderados por Carles Puigdemont han apostado por este día como un acto de precampaña electoral, haciendo valer la figura del expresidente de la Generalitat como un poderoso activo de cara a la cita en las urnas que convocará Quim Torra tras aprobarse los Presupuestos.
JxCat y el PDeCat han enviado a sus principales pesos pesados junto al presidente de la Generalitat y varios consejeros, como Meritxell Budó, portavoz del Govern; David Bonvehí, presidente del PDeCat. También han acudido todos los diputados del Congreso y del Parlament, junto a los senadores y consejeros y una nutrida delegación conformada por alcaldes y plataformas separatistas, como Òmnium Cultural, y los organizadores del acto, el Consell per la República y la Asamblea Nacional Catalana.
La raquítica delegación de ERC para recibir a Puigdemont
De ERC tan solo han acudido tres representantes, ninguno de ellos entre los primeros espadas de la formación republicana. Así, solo han hecho acto de presencia la portavoz en la Cámara catalana, Anna Caula; el líder municipal en Barcelona, Ernest Maragall; y el vicesecretario general de Vertebración Territorial, Isaac Peraire.
El baño de masas de Puigdemont se muestra así descafeinado por una gran parte del independentismo. Puigdemont trata de visibilizar su propio liderazgo dentro del independentismo, como si de un indiscutible jefe se tratara.
Se trata de la enésima confrontación interna entre ambas formaciones. La mesa de diálogo, con una composición fuera de los márgenes pactados entre el PSOE y ERC; los Presupuestos del Parlament y las notables e irreconciliables diferencias por los Presupuestos pusieron punto final a la legislatura.
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