El Liberal - Política

Un coronel español desmonta las teorías de la conspiración sobre el coronavirus

José Ignacio Castro Torres alerta de las consecuencias del enfrentamiento entre EEUU y China y recomienda una estrategia de defensa ante las amenazas biológicas

Uno de los mayores expertos en retos y amenazas para la seguridad internacional en España es el coronel del Ejército de Tierra José Ignacio Castro Torres. Analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos, acaba de publicar un artículo en el que, además de desmontar las teorías de conspiración en torno al coronavirus, advierte de la necesidad de que España cuente con una estrategia de defensa ante las amenazas biológicas, similar a la que ya tiene EEUU y a pesar de que nuestro país ya tiene implantada la Estrategia de Seguridad Nacional 2017. Un plan que contempla como "amenaza importante" el uso de agentes biológicos por parte de organizaciones terroristas, pero que también "estima el desafío que plantean las pandemias y epidemias".

En El extraño caso de la doctora Qiu, el paciente saudita y la muerte del profesor Plummer, Castro Torres se remonta a 2012 para intentar explicar qué es el coronavirus y por qué las fake news en torno al mismo se han extendido tan rápido y han tenido tanta repercusión entre los ciudadanos. En aquel año, un paciente de Arabia Saudí tiene una neumonía que despista a los sanitarios. Un microbiólogo egipcio, Ali Mohamed Zaki, identifica en sus pulmones un coronavirus desconocido. Pide ayuda a un colega de un laboratorio en Holanda, Ron Fouchier. Entre ambos, descubren el nuevo virus, que Zaki presenta en Egipto bajo el nombre "betacoronavirus humano 2c EMC".

Teoría de la conspiración

Holanda obtiene la patente del virus en 2013 y firma convenios con diversas entidades sobre el mismo. Entre ellas se encuentra el Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá, ubicado en Winnipeg y dirigido por Francis Plummer, que recibe las muestras ese mismo año. Allí trabaja la ya famosa doctora Qiu, científica china que, según la teoría de la conspiración, habría sacado ilegalmente de este laboratorio el coronavirus que ahora azota a buena parte del planeta y lo habría llevado hasta otro laboratorio de alta seguridad en la ciudad china de Wuhan, de donde, por alguna razón que nunca se llega a explicar, el virus habría salido de forma descontrolada provocando la situación actual.

La doctora Qiu fue expulsada del laboratorio de Winnipeg el año pasado y viajó al de Wuhan en varias ocasiones entre 2017 y 2019.

Nada más lejos de la verdad, según el trabajo de Castro Torres. Es cierto que la doctora Qiu fue expulsada del laboratorio canadiense en 2019 y parece que también está comprobado que, desde 2017, visitó en diversas ocasiones el laboratorio de Wuhan e, incluso, podría haber formado a su personal. Pero, según el artículo del coronel español, su expulsión del laboratorio canadiense -del que fueron despedidos, además, su esposo y un grupo de estudiantes chinos tutelados por ella- tuvo más que ver con una cuestión de protocolos.

La doctora Qiu, a la derecha, fue premiada por sus investigaciones sobre el ébola.

Así al menos lo constató el profesor Plummer en su momento, asegurando que allí no había nada que espiar y que todas sus investigaciones estaban publicadas en la literatura científica. Plummer no ha podido aclarar nada más, pues falleció el pasado mes de febrero de un infarto fulminante en Kenia, donde se encontraba para impartir una conferencia.

No obstante, sí que podría haberse producido algo sobre lo que alerta el coronel Castro Torres y que enlaza con la guerra entre China y EEUU: "la falta de control sobre los conocimientos o el know how y la brecha en la difusión de información sensible o, incluso, de uso dual". 

En un mundo global e interconectado siempre debe ser respetada la seguridad, la propiedad intelectual y la investigación.

En esta guerra, los científicos están jugando un papel fundamental porque el conocimiento también está en juego. Tal y como indica Castro Torres, "en un mundo global e interconectado, se comprende que exista una transferencia de conocimientos, pero siempre debe ser respetada la seguridad, la propiedad intelectual y la investigación". 

La tecnología 5G

Paralelamente a estos hechos, las relaciones entre China y Canadá se tensan por la detención en Vancouver de la ejecutiva de Huawei Meng Wanzhou, a requerimiento de EEUU y acusada de espionaje y fraude. China detiene entonces a dos canadienses por espionaje y, a un tercero, por tráfico de drogas. Además, frena las importaciones de colza de Canadá. La respuesta del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, es aplazar la decisión de permitir a Huawei implantar la tecnología 5G en Canadá. 

Huawei

Para este experto militar, estos hechos, que involucran a varios científicos chinos en EEUU y Canadá, obedecen únicamente a "una cuestión de patentes y propiedad intelectual, de una importancia extraordinaria en la pujante industria farmacéutica". "No se tiene constancia", añade, "que en esta transferencia de tecnología se hayan producido errores que pudieran haber llevado a una extensión de enfermedades infecciosas". 

Es en medio de esta "guerra comercial" donde "por desgracia" surge el coronavirus. Un virus que, en opinión de Castro Torres, parece claro que tiene su origen en los murciélagos del sureste asiático, tal y como concluye un estudio realizado en la India y financiado por EEUU. Sin embargo, el enfrentamiento EEUU-China se ha materializado en "estudios pseudocientíficos y fake news" que, alerta Castro Torres, "han causado un daño suplementario al que ya ha ocasionado la epidemia". "Se ha puesto de manifiesto", añade, "el error que constituye el intentar manipular a la población a través de redes sociales y que todo suceso debe ser asimilado con prudencia y contrastado a través de estudios rigurosos".

 

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