Según cálculos de ACCIÓ, la agencia para la competitividad de la empresa, dependiente del Departament d’Empresa i Coneixement, este posible impacto económico se acumularía en cinco años y supondría entre el 0,5% y el 08% del PIB de Cataluña. “Nos hemos situado en el peor de los escenarios, aunque esperamos que este acuerdo comercial se produzca. Aun así, hemos de empezar a evaluar y mitigar posibles efectos en caso contrario”, ha asegurado la consellera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, en una reunión de trabajo celebrada esta misma semana.
El Reino Unido es el quinto socio comercial de la comunidad autónoma catalana, y pueden haber muchos cambios en función de si hay acuerdo comercial o no. Para Chacón será necesario hacer seguimiento en ámbitos como los aranceles, la logística, los visados, o incluso el roaming o el carné de conducir.
Hasta el próximo 31 de diciembre, se pone en marcha un periodo transitorio durante el que no se esperan cambios aduaneros, regulatorios o fiscales que afecten a las exportaciones ni importaciones con el país británico.
Más de 50 productos afectados
En el peor de los escenarios, ACCIÓ estima que cerca de 1.500 millones de euros de exportaciones de una cincuentena de productos catalanes en el Reino Unido resultarían afectados por nuevos aranceles. Se trata de un 37,6% de las ventas de empresas catalanas en este país. Más allá de los aranceles, también se deben tener en cuenta aspectos como los controles en frontera, los permisos, las normas de origen o aspectos fiscales y logísticos, que también incidirían en las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la Unión Europea.
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