Jaume Asens, candidato de En Comú Podem al Congreso, ha pedido explicaciones al presidente de la Generalitat, Quim Torra, a raíz de las declaraciones de CDR encarcelados por terrorismo que le vinculan con el plan de ocupar el Parlament. Para los constitucionalistas, Asens se quedó corto: lo apropiado, dicen, hubiera sido pedir la dimisión del president. Para los independentistas, el candidato de los comunes se pasó de la raya: al pedir a Torra que aclare si iba a ocupar durante una semana el Parlament, al dar credibilidad al sumario de la Operación Judas, Asens ha mostrado –critican- la cara constitucionalista que prevalece en Unidas Podemos y en la izquierda española.
La equidistancia persigue al diputado Asens, hombre de confianza en Cataluña de Pablo Iglesias y ex integrante del núcleo duro de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona antes de irse al Congreso. El número uno de la lista de En Comú Podem en las elecciones generales de este domingo, abogado de profesión con una larga lista de causas ligadas a movimientos sociales defendidas, ayudó al ex presidente catalán, Carles Pugdemont, a huir de la Justicia española. El amigo de Pablo Iglesias era uno de los pocos catalanes que estaba al corriente del plan de Puigdemont de fugarse a Waterloo (Bélgica).
Tiene Asens cierto prestigio como jurista con compromiso en la lucha contra la represión. El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, fue otro de los dirigentes que asesoró Asens antes de convertirse la pasada primavera en un diputado del Congreso por Catalunya en Comú. Cuixart quería que Asens fuera su abogado en el juicio del procés.
Críticas al pasado laboral de Asens
Asens nunca ha ocultado que es independentista. Pero es su actividad laboral la que le ha generado ataques desde la derecha y el PSOE. El presidente del Gobierno en funciones y candidato socialista al Congreso, Pedro Sánchez, lo ha cuestionado en campaña por su andadura como abogado.
La respuesta de Asens, según explican a ElLiberalCat desde su candidatura, es que defender los derechos de un adversario político no equivale a compartir su ideología, sino a ejercer la democracia.
A salvo ha quedado de las críticas presidenciales la ideología de Asens, un activista independentista en un partido en el que confluyen soberanistas, federalistas y constitucionalistas. No existe en la izquierda catalana un espacio más diverso que el de los comunes.
Rosa Lluch, perfil más amable
La llegada a En Comú Podem de Rosa Lluch, cabeza de lista de la candidatura al Senado e hija del ministro socialista asesinado por ETA Ernest Lluch, incide en la idea de proyecto plural. La candidata al Senado tiene un perfil más amable que el aspirante al Congreso. Pero el tándem formado por Asens y Lluch no ha insuflado energía ni optimismo a los comunes.
Con perfil bajo en la campaña, y especialmente en los al menos dos debates en los que ha participado, Asens ha defendido los últimos días con insistencia una idea: votar a Sánchez es darle las llaves de La Moncloa a Pablo Casado. “Los comunes somos el voto útil del socialismo que no renuncia a sus valores ni a su programa”, ha manifestado en un acto celebrado este jueves en Tarragona.
En el seno del partido sostienen que Rosa Lluch conecta más con los electores porque se define abiertamente como equidistante en el escenario de bloques en que ha derivado el procés.
La cuestión catalana ha creado trincheras pero la hija de Ernest Lluch defiende no posicionarse con constitucionalistas ni con secesionistas porque “un equidistante sabe entender las distintas posturas y trata de que se encuentren”.
PSC: prohibido correr riesgos
Las desafortunadas declaraciones de Sánchez en Radio Nacional de España sobre el control del Gobierno sobre la Fiscalía a cuenta de la posible detención de Puigdemont -unas bochornosas palabras que ha atribuido al cansancio de la campaña- han sido el punto más bajo de la campaña de los socialistas.
A la vez, son justamente lo opuesto al modo en el que habían encarado Sánchez y Miquel Iceta la campaña: prudencia, discreción y perfil bajo porque la mejor palabra es la que está por decir.
Iceta, viejo fontanero del PSOE y experto estratega del PSC, le dio unas órdenes sencillas y claras a los principales dirigentes socialistas catalanes: la sentencia a los presos del procés, con penas de entre nueve y trece años de cárcel, aconseja guardar silencio en medios de comunicación y redes sociales para evitar el riesgo de ser tildados de equidistantes, proindependentistas o inhumanos. “Punto en boca”, admiten fuentes socialistas. “Hasta que la tormenta escampe”.
Una de las principales dirigentes del PSC y la alcaldesa socialista con mayor poder en Cataluña, Núria Marín, lleva semanas sin aparecer en los medios de comunicación. La prudencia aconseja no meterse en jardines en la antesala de una cita tan trascendental como unas elecciones generales, explican desde el PSC. Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona merced a un pacto con los neoconvergentes de JxC, guarda silencio y su actividad pública se limita a pequeñas intervenciones en mítines.
Incomodidad y cansancio socialista
Los socialistas temen sobre todo preguntas sobre el procés que puedan provocar respuestas "demasiado sinceras y duras". Las condenas son un asunto que en estos momentos resulta incómodo en el PSC, convencido de que realizar declaraciones "inapropiadas" pueden hacerles perder votos.
Al PSC, como al PSOE, le está sobrando la campaña. Y le está sobrando miedo a una pérdida de votos. Al tratarse de una suerte de segunda vuelta –tras el intento fallido del 28 de abril-, los socialistas lucen cansados, sin ganas, sin energía.
El deseo de los socialistas es que la campaña pase cuanto antes. “Sin errores no forzados”, dice una fuente del PSC que recurre al lenguaje tenístico.
PSOE: incitar el miedo a Vox
La baja médica de la candidata al Congreso por Barcelona, Meritxell Batet, ha pasado factura a los socialistas. En una campaña en la que ha faltado chispa y persuasión, un apocado PSC ha logrado un pequeño éxito: obligar a rectificar a Sánchez en su sorprendente idea de apartar el federalismo de su programa.
Sánchez pone este viernes por la tarde el punto final a la campaña en Barcelona con un mitin en las instalaciones de Fira de Barcelona que los CDR han puesto en su punto de mira. Es la segunda presencia en Cataluña en ocho días del candidato del PSOE, que sufrió un escrache independentista la semana pasada en el feudo socialista de Viladecans.
A buen seguro, el candidato del PSOE atizará esta noche a Torra y azuzará el miedo al avance de Vox.
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