El Liberal

El 52% de los catalanes prefiere mantenerse como parte de España

Un 47% de los catalanes quiere que el procés termine con un pacto con el Gobierno para un mayor autogobierno: el sí a la independencia no es la opción preferida, según los resultados del sondeo anual encargado por el Institut de Ciències Polítiques i Socials, organismo adscrito a la UAB. La mayoría de los encuestados prefiere una comunidad autónoma o un Estado en una España federal.

Más de un 50% de los catalanes prefiere que Cataluña se mantenga como parte de España. Asimismo, casi la mitad (el 47%) quiere que el procés termine con un pacto con el Estado para dotar a la comunidad autónoma de un mayor autogobierno. El sí a la independencia no es la opción preferida de los catalanes, según los resultados del sondeo anual encargado por el Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS), organismo adscrito a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Tampoco lo es mantener el actual encaje.

El sondeo es valioso por haberse llevado a cabo con 1.200 encuestas a catalanes entre el 25 de septiembre y el 23 de octubre de 2019, de modo que incluye los días posteriores a la publicación de la sentencia de los presos del procés, una semana de tensión marcada por duros enfrentamientos en las calles entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y violentos manifestantes independentistas.

Cuestionados acerca de si prefieren que Cataluña sea un Estado independiente o una parte de España, el 51,7% los encuestados se decanta por la segunda opción. Los ciudadanos que se manifiestan abiertamente independentistas se reducen en este caso al 39,8%.

Efectos en la convivencia

Para algo más del 30% de los encuestados, el objetivo a lograr es la independencia. Ése sería para ellos el final soñado a ocho años de proceso soberanista. Y apenas un 14,5% defiende que el fin del actual escenario pase por que los valedores del procés lo abandonen a su suerte para finiquitarlo.

La encuesta analiza las posibles afectaciones de la crisis catalana a la convivencia, a lo que el 38,1% asegura sentirse “muy preocupado” por que el asunto del procés derive en “problemas de convivencia” entre los ciudadanos. Mientras que el 32% afirma que le preocupa bastante, a un 14,5% le inquieta poco y a un 12,9% no le preocupa nada.

La principal conclusión lanzada por el sondeo de ICPS es que un número significativo de votantes independentistas están dispuestos a que el procés termine con un pacto con el Gobierno de España.

Acuerdo con el Estado

Se da la circunstancia de que votantes que se autodenominan “independentistas” abogan por idéntico final para el procés que aquellos que se definen como “no independentistas”: un “acuerdo con el Estado” para “dotar a Cataluña de un mayor autogobierno”.

Si bien son mayoría los encuestados (41,9%) que auguran que el conflicto catalán se solucionará a través del diálogo y el acuerdo para alcanzar mayores cotas de autogobierno en Cataluña, los catalanes no consideran que el fin del proceso soberanista vaya a traducirse en la secesión. Apenas un 10% defienden un escenario en el que a la conclusión del procés le siga la separación de Cataluña de España.

En el caso de celebrarse un referéndum con pregunta binaria (sí o no) sobre el futuro político de Cataluña, la opción de la independencia ganaría de forma holgada: más de un 42% de los encuestados asegura que votarían a favor de la secesión, mientras que solo un 31% lo haría en contra. La tercera vía, la abstencionista, alcanzaría un nada desdeñable 19%.

El fin del procés

Los datos arrojan que existe un votante independentista que no aspira a crear un nuevo Estado independiente, sino que desea vivir en una comunidad autónoma con mayor autogobierno (27,4%) o bien en un Estado de una España con un sistema federal (20%). Apenas un 8% sostiene que el encaje de Cataluña en España deba ser el de una mera región.

Uno de cada cuatro encuestados cree que la actual situación política de Cataluña terminará con el abandono del procés, que toca fondo tras ocho años, según los datos de ICPS. No obstante, esos datos no deben hacer creer que el movimiento independentista ha perdido poder movilizador: aunque tal vez en menor medida, a juzgar por las cifras de la manifestación del pasado sábado (350.000 personas), las bases siguen respondiendo a las convocatorias de las entidades y los partidos políticos que las dirigen.  

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