El Liberal

Así son las empresas de alto crecimiento en Cataluña

El catedrático en economía, Oriol Amat las define como prudentes a nivel financiero, innovadoras, capaces de adaptarse al cambio y dispuestas a invertir en talento y formación del personal

A finales del año 2018, se contabilizaban 630.020 empresas en territorio catalán, un 7,4% más que cuatro años antes, según datos extraídos de la Memoria Económica de Cataluña del Consell Superior de Cambres de Catalunya. La caída de tejido empresarial experimentada durante el periodo 2008-2014, sobre todo de medianas y grandes empresas, se empieza a revertir. En la actualidad, se computan 2.455 sociedades de más de 200 trabajadores (16,8% más, respecto de las cifras de los años más duros de la crisis) y 5.703 de entre 50 y 199 empleados (14,1% más). Aun así, el grueso del empresariado catalán se compone de 621.862 sociedades de menos de 50 trabajadores (7,3% más). El hecho que aumente el número de empresas de grandes dimensiones o incluso multinacionales es una buena noticia, ya que son las únicas que pueden utilizar el trinomio innovación, internacionalización y dimensión.

Negocios agroalimentarios y familiares, los más duraderos

Cada año nacen y mueren 95.000 empresas, especialmente de los sectores de la construcción y el comercio, siendo el agroalimentario uno de los que tiene mayor esperanza de vida. Dentro de estos últimos, los más estables y duraderos suelen ser los negocios familiares. En cuanto a la vertiente económica, y desde hace unos años, se valora también el impacto social y medioambiental que tiene una empresa, en opinión de Oriol Amat, catedrático especializado en economía financiera y decano de la UPF Barcelona School of Management, durante el primer Fòrum Catalan Food, celebrado el pasado 16 de enero en el espacio Bital situado en L'Hospitalet de Llobregat. “En general, estas sociedades son rentables en fondos propios (beneficio que obtienen sobre el capital invertido). Durante el año 2018, la empresa catalana tuvo una rentabilidad que osciló entre el 13 y el 14%, cifra que está muy bien porque invita a la inversión y la creación de ocupación y riqueza. Una rentabilidad de este tipo no se veía desde los años de la burbuja inmobiliaria (2007). Por lo tanto, a las empresas catalanas les va bien en los últimos años”, ha explicado.

Las empresas familiares agroalimentarias son las más estables y duraderas, según Oriol Amat.

Otro punto interesante, según Oriol Amat, es la internacionalización paulatina de la empresa catalana, gracias al sector agroalimentario, primer clúster especializado en agricultura e industria de alimentos y bebidas de Europa. En el año 1995, Cataluña vendía el 63,5% de su producción al resto de España, mientras que exportaba el 36,5% a otros países. Con el tiempo, se ha dado la vuelta a esta situación: las ventas a otras comunidades autónomas apenas representan el 35,4%; mientras que el comercio exterior catalán acapara el 64,6% restante.

En el año 1995, Cataluña vendía el 63,5% de su producción al resto de España y exportaba el 36,5% a otros países. Con el tiempo, se ha dado la vuelta a esta situación: las ventas a otras comunidades autónomas representan el 35,4%, mientras que el comercio exterior acapara el 64,6% restante.

Puntos fuertes y débiles de las empresas catalanas

El catedrático en economía financiera ha destacado como positivos el dinamismo empresarial, el crecimiento en ventas y la capacidad de internacionalización de las sociedades catalanas, aunque ha resaltado que el clima político “no las ayuda en absoluto”. “Como aspectos a mejorar, se debería aumentar la retribución por trabajador. Es cierto que durante el periodo 2018-2019 los salarios han subido algo, aunque en términos reales la mayoría de los empleados gana menos de lo que recibía en el año 2007. Además, invertimos menos en R+D (investigación y desarrollo), por lo que estamos muy lejos de lo que sucede en innovación de marca y producto en el resto de Europa y Estados Unidos”, ha reconocido. Aun así, la empresa catalana está muy capitalizada y poco endeudada, siguiendo un modelo de crecimiento equilibrado (crecimiento de activos por debajo del incremento de las ventas gracias a una gestión eficiente y aumento aún menor de las deudas). “El 77% del tejido empresarial catalán tiene beneficios y, en concreto, el sector agroalimentario es uno de los que goza de mejor salud. El 59% de estas compañías aumenta ventas y el 77% presenta beneficios”, ha añadido Amat.

Grifols, especializada en biomedicina, y considerada empresa de alto crecimiento.

Empresas de alto crecimiento

Firmas como Europastry, Grifols (biomedicina), Casa Ametller, Social Point (videjojuegos) y Liquats Vegetals son ejemplos de sociedades de alto crecimiento (aumentan las ventas un 15% anual y la rentabilidad y fondos propios un 8%, obteniendo beneficios). Hace cuatro años, se contabilizaban 356 empresas de alto crecimiento sobre una base de 295.121 en Cataluña, según el Registro Mercantil.

En este sentido, el sector agroalimentario “se cuela” entre las startups y compañías de alta tecnología con más perspectivas de crecimiento. Por ejemplo, La Fageda, sociedad de alto crecimiento desde hace años, dio el salto en el momento que empezó a lanzar sus yogures. De estas 356 compañías, 18 son agroalimentarias (5%). “Un porcentaje más elevado que el número de sociedades agroalimentarias respecto del tejido empresarial catalán. Además de tener una mayor esperanza de vida, estas empresas tienen más posibilidades de registrar altos crecimientos a lo largo de su andadura”, ha subrayado.

Por lo tanto, ¿qué hacen las empresas que consiguen sostener un crecimiento alto durante años? Amat nos lo ha aclarado: “En primer lugar, invierten mucho en su gente. Numerosos estudios demuestran que, años después, la formación en recursos humanos es rentable. Además, apuestan por la excelencia y cuentan con certificación de calidad (74%), sobre todo medioambiental. Suelen invertir en digitalización, destinan el 32% de sus ventas a otros países, lanzan productos nuevos (34% de las ventas totales), optan por el ecommerce y apenas reciben el 0,3% de devoluciones”. La empresa catalana suele ganar entre el 2 y el 3% de sus ventas en años de bonanza económica. De cada 100 euros, se obtienen entre 2 y 3 de beneficio, por eso es importante que las devoluciones sean mínimas.

Otras características de estas compañías son la capitalización (45% de la inversión) y la rentabilidad de los fondos propios (27%). Todas estas variables se consideran claves de éxito que, incluso, pueden alargar la vida de las empresas.

Empresas agroalimentarias de alto crecimiento

De las 114.322 sociedades catalanas inscritas en el Registro Mercantil el año 2018, un total de 726 son agroalimentarias. De estas últimas, solo 162 (22,3%) han logrado aumentar sus ventas un 30% durante el periodo 2015-2018. ¿Cómo lo han conseguido? “Básicamente, aumentando sus ventas (44%) y el número de empleados (22%) y conservando un patrimonio neto alrededor del 40%”, ha puntualizado el experto.

En síntesis, y tras cuatro años de trayectoria, es muy difícil que una empresa de alto crecimiento siga manteniendo ese ritmo. La mayoría de estas sociedades se estabilizan, aunque se tiene constancia de que 1 de cada 36 sigue creciendo. Como conclusión, las empresas catalanas al alza durante años se caracterizan por las finanzas prudentes, el liderazgo, la pasión, la resiliencia, la humildad, la RSC, el equipo, la excelencia, el marketing, la innovación y adaptación al cambio y la capacidad de internacionalización. “Si tuviera que elegir entre todas estas características, destacaría el liderazgo, las finanzas prudentes, la calidad del equipo, la innovación y la internacionalización”, ha concluido el experto.

 

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