Nuevo escollo entre PSOE y ERC. Después de que Pedro Sánchez superase el obstáculo de ampliar el diálogo a Quim Torra con su llamada telefónica, el partido de Junqueras quiere que el presidente en funciones establezca reuniones con el presidente de la Generalitat antes de cerrar la investidura y que se enmarque dentro del marco de relaciones bilaterales entre Gobierno y Generalitat.
Es un deseo a medias y que solo obedece a la necesidad del nacionalismo de mostrar unidad ante sus votantes. Fuentes del partido aseguran de que esta cohesión es necesaria para convencer a su electorado de cara a unas elecciones anticipadas en Cataluña. El temor de ERC, no obstante, es que Sánchez solo busque la abstención para asegurar la investidura, y que posteriormente trate de buscar otras alianzas en las Cortes para los presupuestos así como para el resto de legislatura.
No es un escenario fácil ni para ERC ni para el PSOE, que no dispone de una mayoría estable. Los republicanos creen que un acercamiento con los socialistas a cambio de nada podría perjudicarles de cara a unas elecciones anticipadas en Cataluña. Por esta razón la fecha decisiva es el próximo jueves. Si Oriol Junqueras logra la inmunidad por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) tendrá efectos sobre JxCat, que podría presentar a Carles Puigdemont en las elecciones.
Primer amago
Ante esta tesitura, desde ERC presionan a Sánchez para que se reúna con Torra antes de la investidura. Pero el candidato socialista ha afirmado que este encuentro se producirá una vez se produzca la investidura y sin informar del formato.
Los de Junqueras temen que Sánchez no cumpla con sus compromisos y que, como hizo con la rueda de contactos con Arrimadas y Casado, sus comunicaciones con Torra se diluyan en otra rueda de contactos con los presidentes autonómicos, que quite cualquier pretensión de “especificidad” con la situación catalana.
La presión de las bases
Mientras que Gabriel Rufián o Joan Tardà están totalmente alienados con Junqueras, las bases del partido están demostrando mayor contundencia. De cara al congreso del partido el sábado, la dirección está negociando con el Col·lectiu Primer d'Octubre una ponencia para no renunciar a la “unilateralidad” y, al mismo tiempo, lograr el voto favorable de la militancia.
ERC tiene por delante una semana complicada en la que deberá hacer equilibrios para satisfacer a las bases y no dotar de argumentos a sus adversarios políticos. A esto, además, se le suma su desconfianza con Sánchez si logra ser investido como presidente.
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