En Cataluña, el 35% de los puestos de trabajo tienen una alta probabilidad de ser automatizados como consecuencia de la implantación de la industria 4.0. El riesgo de automatización es mucho más elevado en los trabajos con salarios más bajos. Para ello, el tejido empresarial 4.0 se sirve de tecnologías como big data, robótica, Cloud (la nube), realidad aumentada, ciberseguridad, Iot (internet de las cosas), simulación, impresión 3D e incluso integración de sistemas.
“Debemos ver las tecnologías 4.0 como una oportunidad que genera economía y rentabilidad. Además, son transversales y se pueden aplicar en cualquier sector industrial y área de la empresa. Desde la producción y diseño de productos hasta el desarrollo de un nuevo modelo de negocio”, afirmó Àurea Rodríguez, directora de innovación de ACCIÓ, Agencia para la Competitividad de la Empresa de la Generalitat de Catalunya, durante la presentación del programa Suport 4.0 el 30 de octubre en el marco del encuentro Industry from Needs to Solutions, en el recinto Gran Via, de Fira de Barcelona.
La digitalización eliminará tareas manuales y repetitivas, pero también cognitivas y no rutinarias. A raíz de la inmersión digital, la economía catalana experimentará un aumento de ocupación del 0,7%, es decir, 13.300 personas hasta el año 2030. No obstante, se apreciarían diferencias entre sectores de actividad:
- Industria: pérdida de empleo del 3,2% (12.200 personas).
- Servicios: aumento de empleo de 2% (29.400 personas).
A raíz de la inmersión digital, la economía catalana experimentará un aumento de ocupación del 0,7%, es decir, 13.300 personas hasta el año 2030.
Oportunidades para las empresas
Un total de 365 empresas componen la industria 4.0 en Cataluña, concentradas en tres sectores de actividad: automoción, maquinaria y bienes de equipo y salud y equipamientos médicos. Además, el 17% de las 1.300 startups catalanas operan en el campo 4.0. En síntesis, un nutrido tejido empresarial que produce 1.200 millones de euros anuales y 23.000 puestos de trabajo.
Rodríguez subrayó que el incremento de ocupación, resultado de la inmersión tecnológica irá “in crescendo” de manera exponencial: “El crecimiento neto de empleo será positivo. Aunque se destruyan puestos de trabajo sin valor añadido, se crearán otros que requerirán una serie de capacidades. Por ejemplo, conocimiento y uso de tecnologías cada vez más transversales, pensamiento crítico y todo aquello que una máquina no pueda hacer. Eso es lo que nos hace humanos”. Además, las empresas tradicionales seguirán implementando estas tecnologías en su cadena de valor, lo que incrementará a 30.000 el número de compañías que formarán parte del tejido 4.0 catalán.
Búsqueda de talento
La industria 4.0 y las tecnologías digitales siguen una cadena de reacción llamada las 6 D, según los gurús del ramo: digitalización; crecimiento de entrada bajo, pero engañoso mediante tecnologías disruptivas y diferenciales; desmaterialización de los propios productos; desmonetización que apostará por acceso abierto y free (gratis) y democretización que abaratará el coste tecnológico. Así pues, entre los retos futuros a los que se enfrenta la industria 4.0 -soluciones adaptadas a pymes y compartir el conocimiento-, el principal escollo será la adaptación de los profesionales y la búsqueda de talento. “Lo más importante es contar con personal capacitado, capaz de manejar tecnologías cada vez más transversales. Desde diseñadores de software, a ingenieros de robótica o creativos capaces de diseñar en 3D”, detalló. Profesiones como psicología potenciarán la inteligencia emocional y el pensamiento crítico. “Aprenderemos a reciclarnos durante toda la vida y utilizar la tecnología a nuestro favor. Es tan sencillo como poner a las personas en el centro de esta revolución tecnológica, en lugar de verla como una amenaza”, aconsejó.
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