La dirección de ERC se encuentra en una encrucijada. No solo sus socios en la aventura secesionista, JxCat y la CUP, presionan para que se mantengan en la llamada vía unilateral, sino que desde dentro del partido se ha abierto un cisma que amenaza el giro moderado que pretendía Oriol Junqueras.
El Col·lectiu Primer d’Octubre, que agrupa a militantes de ERC liderados por Xavier Martínez-Gil, considera que no hay nada que negociar que no sea la “autodeterminación” de Cataluña y su posición va ganando adeptos dentro de una formación dividida entre su alma más posibilista (facilitar un gobierno rojo-morado) y su alma más purista que apela al “espíritu del 1 de octubre”, fecha del referéndum ilegal, como el “momento fundacional de la república catalana”.
La defensa del dret a l'autodeterminació i la possibilitat de seguir endavant si hi ha immobilisme de l'Estat ens porten irremeiablement a un NO a Sanchez i a encetar la via unilateral @Esquerra_ERC @gabrielrufian @sergisabria @martavilaltat pic.twitter.com/YusIjr3SFO
— Col·lectiu Primer d'Octubre: militants d'ERC (@1doctubre2) November 30, 2019
Elecciones catalanas
Fuentes del PSOE son conscientes de que esta dicotomía que afecta al partido de Junqueras puede hacer decantar la balanza hacia una negativa a la investidura de Pedro Sánchez. La posibilidad de unas elecciones catalanas en el horizonte político tampoco ayuda a que ERC pueda desmarcarse completamente del discurso basado en la unilateralidad que ha mantenido en el último lustro. Como se observó en las elecciones generales del 10-N, ERC perdió apoyos respecto al 28-A que se fueron hacia JxCat y la CUP.
Pese a ser la fuerza ganadora en la región, teme que su giro vuelva a penalizarle en las urnas. Y por esta razón se explica que, en la votación de este martes en la Cámara Baja para elegir los miembros de la Mesa, ERC haya optado finalmente por escenificar una aparente unidad con JxCat realizando un voto nulo y tratando así de contentar a los sectores que piden “bloquear la política española” hasta que no se cumpla con las exigencias secesionistas.
De Valls a Arrimadas
La nueva fase post-sentencia del procés está siendo, para la dirección de ERC, como la revolución que devora a sus hijos. El ex diputado Joan Tardà y el actual portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, suscitan las suspicacias de las bases por su disposición a investir a Sánchez.
Y es que las bases del partido se enrocan en un programa de máximos que aborde “el conflicto político” y la autodeterminación, mientras que la cúpula aspiraba a llegar acuerdos con PSOE y Podemos tanto en Madrid como en Cataluña para detentar el poder.
Desde el Col·lectiu Primer de Octubre, no obstante, no se fían ni de sus dirigentes ni de que un ejecutivo de coalición rojo-morado pueda salir adelante. Como avanzó Vozpópuli, la opción de que Cs presente una alternativa a Sánchez para que prescinda de ERC les suena familiar. El concejal Manuel Valls hizo una jugada parecida para arrebatarle a los republicanos la alcaldía de la capital catalana. La militancia de ERC no olvida la lección, y sigue priorizando la nación a cualquier entente con Podemos o PSOE.
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