Quim Torra y JxCat se niegan a facilitar la investidura de Pedro Sánchez, pese a que el PSOE tampoco necesita este apoyo. La mirada se centra en ERC, cuyo sentido de voto es imprescindible para formar Gobierno.
Los también liderados por Carles Puigdemont desde Bruselas mantienen inmóviles sus posiciones, elevando la presión sobre ERC y planeando el mejor momento para dar "un golpe de efecto" de cara a un eventual adelanto electoral. Entre las propuestas escuchadas hasta ahora están una candidatura de Josep Guardiola, que pese a ser desmentida aún resuena en el Parlament, e incluso un posible regreso a España de Carles Puigdemont sin ser detenido en caso de una eventual inmunidad. En caso de perder la Generalitat, la única gran institución que gobernaríá JxCat seríá la Diputación de Barcelona.
Los ochos escaños conseguidos por JxCat en las pasadas generales del 10-N no son decisivos para formar Gobierno, pero sí mandan un claro mensaje de resistencia ante el empuje republicano de cara a unas eventuales elecciones autonómicas. Y es que la hegemonía republicana en el bando independentista no acaba de consolidarse y JxCAT resiste mejor de lo que decían las encuestas.
"No habrá votos gratis a Sánchez", replican desde la formación liderada por Laura Borràs, repitiendo el rechazo a un Gobierno de Sánchez, como hicieron en la investidura fallida de julio. Las condiciones para entablar una negociación con el PSOE pasan por sacar de las cárceles a los "presos" y dar inmunidad total a Carles Puigdemont, junto con el debate del "derecho de autodeterminación", condiciones inaceptables según el acuerdo de Gobierno al que han llegado Unidas Podemos y el PSOE. En el punto nueve del pacto se da por sentado un problema de convivencia en Cataluña, en contra del discurso del secesionismo, que habla siempre como "un sol poble".
Presión por "coherencia"
"El Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política", señala este punto, comprometido con "el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución". "También se fortalecerá el Estado de las autonomías para asegurar la prestación adecuada de los derechos y servicios de su competencia. Garantizaremos la igualdad entre todos los españoles", apostilla. Con este punto, el independentismo ve "evidente" y "coherente" vetar la investidura de Sánchez, un aviso a ERC de cara a un posible adelanto electoral.
"Ahora mismo ERC no puede votar la investidura de Pedro Sánchez. Es necesario hablar. Que nos llamen, a ver qué Sánchez encontramos", ha asegurado Rufián sobre Pedro Sánchez una vez realizado el recuento electoral del 10-N. Después de esa intervención, todos los dirigentes de ERC se han mostrado contrarios a apoyar la investidura del candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, pero han dejado la puerta abierta a un posible pacto. Tan solo tres días después de las elecciones "ERC está buscando una excusa para abstenerse", han asegurado fuentes socialistas a El Liberal.
Las negociaciones de ERC y PSOE
Las negociaciones con el PSOE están pilotadas por Gabriel Rufián y Pere Aragonés, mientras que al otro lado de la mesa están Iván Redondo y Adriana Lastra, según las mismas fuentes, que advierten que no habrá unas terceras elecciones. Aún así, ERC tiene que andar con pies de plomo debido al coste electoral que conllevaría permitir la investidura de Pedro Sánchez en unas hipotéticas elecciones en Cataluña. Aceptar la investidura de Sánchez sería el arma arrojadiza de JxCat para ganar votos a ERC, que ha pedido "coherencia" a "todo el independentismo". Y es que ERC, aún cuando sigue siendo la primera fuerza del independentismo, ha perdido dos diputados respecto al 28-A en favor de la CUP por su menor apoyo a los actos de violencia de las últimas semanas.
El pacto con Unidas Podemos también ha abierto la posibilidad del cambio de cromos: La Moncloa por la Generalitat, con un acuerdo con el PSC y podemitas.
Los Presupuestos, la oportunidad de ERC para romper con Torra
Ante esta situación, los de Junqueras tienen ante sí la oportunidad de presidir la Generalitat, pero para ello Quim Torra debe convocar elecciones, un escenario que solo se abriría de cara a los próximos meses si no se aprueban los Presupuestos de Cataluña.
"Es la única oportunidad que tienen para romper de forma natural con Torra y entablar un diálogo con el PSC", han señalado fuentes parlamentarias a este medio ante los movimientos políticos de cara a la investidura.
Pese a tener la mayoría del Parlament , el independentismo -JxCat, ERC y la CUP- aún no han sido capaz de presentar unas cuentas a falta de mes y medio para cerrar el año. Mientras tanto, se han prorrogado las vigentes desde 2017. Una forzada unidad muy resquebrajada tanto por los pactos municipales como por la negativa de ERC a formar un grupo independentista unitario en el Congreso y el Senado como le pedían los herederos de Pujol. Los republicanos defienden su autonomía con el argumento de la necesidad de"ensanchar la base del independentismo".