¿Qué falló en España para que una serie de cargas explosivas estallase en los trenes de Madrid y provocase la mayor masacre terrorista de nuestra historia? Se cumplen 20 años del 11-M, la fecha que desgarró la existencia del país. Muertos, heridos, dolor y una sensación de incertidumbre que, en cierta medida, se extiende hasta nuestros días: siempre en torno a las investigaciones previas y las sospechas ante una posible actuación de este calado, después de las amenazas directas de Osama Bin Laden y aquel monstruo llamado Al Qaeda. Una carta del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) abunda en estas cuestiones.
El documento está fechado en el 30 de julio de 2004. Una cadena de acontecimientos históricos sucedió a aquellos atentados: la celebración de las elecciones generales, el cambio de Gobierno -José Luis Rodríguez Zapatero tomó las riendas en sustitución de José María Aznar- y la posterior retirada de las tropas españolas de Irak, en cumplimiento con la promesa electoral del líder socialista. Todo ello en fechas marcadas por el luto y la conmoción, con episodios tan convulsos como la explosión del piso de los terroristas en Leganés.
El autor de la misiva es Alberto Saiz Cortés, recién nombrado director del CNI. Y dirige la carta a José Bono, otrora presidente de Castilla-La Mancha y, en esas fechas, al frente del Ministerio de Defensa. El documento consta en la batería de archivos que el propio Bono desveló a través de la Fundación Pablo Iglesias.
"Querido Ministro: He creído oportuno elaborar este informe, que te adjunto, en el que se pueden apreciar varios temas importantes acerca del trabajo que realiza este Centro [CNI] en relación con la amenaza del terrorismo de origen islamista", relata Saiz Cortés en su carta.
Prosigue: "He rescatado dos Notas informativas muy significativas, que ya conoces, y una línea de investigación que se inicia antes del atentado 11-M. Este último documento es, por una parte, ejemplo de cómo se trabaja la información dentro del CNI y, por otra, significa las graves consecuencias que para la seguridad puede tener la no cooperación de las FCSE en materia antiterrorista".
Sospechas previas al 11-M
Según detallaba el director del CNI, el objeto de la misiva no era "denunciar actuaciones irregulares o negligencias de nadie", sino "destacar debilidades de nuestro sistema de coordinación en la lucha antiterrorista".
A juicio de Saiz Cortés, el seguimiento del CNI ante la amenaza del terrorismo no nacional "ha sido clara", además de haber alertado del "paulatino incremento del nivel de riesgo" que se vivía en España y fuera del territorio nacional -en clara referencia a los militares españoles desplegados en el exterior, entre otros-.
Se han realizado numerosas actividades y varios informes, relativos al conflicto de Iraq y a la amenaza del terrorismo islamistaCarta de Alberto Saiz a José Bono
El documento enumera una serie de acontecimientos cronológicos derivados de los análisis y evaluaciones elaborados por el CNI: "Se han realizado numerosas actividades y varios informes, relativos al conflicto de Iraq y a la amenaza del terrorismo islamista". También detalla las actividades contraterroristas efectuadas en cooperación con el Ministerio del Interior, destacando los informes facilitados por el centro a la Secretaría de Estado de Seguridad.
El director de los servicios de inteligencia denuncia que desde la institución se alertó al Ministerio del Interior de la "peligrosidad e intenciones" de Allekema Lamari, terrorista argelino a quien se ubicó al frente de la célula que perpetró los atentados del 11 de marzo, y que había sido puesto en libertad -bajo una fuerte controversia judicial- pocos meses antes de los ataques.
"No fue tomado en consideración"
Como conclusión, Saiz Cortés resume a José Bono una serie de aspectos relacionados con la descoordinación en la investigación y control antiterrorista, que propició la brecha de seguridad a través de la que se colaron los terroristas para perpetrar la masacre del 11-M.
En este sentido, destaca que el CNI ya había alertado de "la no existencia de armas de destrucción masiva en Irak", la "valoración del riesgo de la amenaza islamista" y la "peligrosidad de un individuo concreto -Allekema Lamari- y sus vinculaciones". Sobre éste último, asegura que el CNI alertó por primera vez al Ministerio del Interior el 6 de noviembre de 2003; un mensaje que "advirtió en reiteradas ocasiones": "Creo que, a pesar de nuestras advertencias y sospechas, este asunto no fue tomado en consideración".
Por último, el director del centro asegura a José Bono que se enteraron "a través de los medios de comunicación" y "un mes después" de la localización de un vehículo en Alcalá de Henares investigado por su posible utilización por parte de la trama que urdió los atentados del 11-M.
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