España

El 75% de España está en riesgo de convertirse en desierto a lo largo de este siglo

Un informe realizado por expertos de sectores afectados por la falta de lluvia asegura que el 74% de España va a convertirse en zonas áridas, semiáridas y secas (eso son 37 de los 50 millones de hectáreas)

Ya van muchas semanas sin llover en España, y lo cierto es que, ideologías aparte, los trabajadores del sector primario y los expertos están preocupados. Para la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) la situación "es muy preocupante" en todo el territorio, pero "en las zonas más afectadas se puede calificar de agónica". Un informe (realizado por diferentes profesionales de sectores afectados) alerta ahora de que entre el 75% y el 80% de la superficie de España está en riesgo de convertirse en desierto a lo largo de este siglo.

En el citado informe, que recoge la opinión de expertos de ANOVE (Asociación Nacional de Obtentores Vegetales), de Copa-Cogeca (agricultores y ganaderos europeos), de Organización Agraria, de Sakata Ibérica (empresa obtentora centrada especialmente en brócoli, melón y tomate) y de Semillas Fitó, desarrollan, entre otros asuntos, cómo está afectando el cambio climático a la agricultura en España.

Según los datos, España es (también por su clima histórico), uno de los países en los que "la desertificación crece de un modo más acuciante". Entre las informaciones que aportan en el informe: el 74% del territorio nacional va a convertirse en zonas áridas, semiáridas y secas (eso son 37 de los 50 millones de hectáreas) y que al menos el 75% de España está en riesgo de convertirse en desierto a lo largo de este siglo.

"A menudo se cree que el cambio climático se refiere principalmente a un aumento de las temperaturas. Sin embargo, este fenómeno tiene múltiples efectos que van más allá de la temperatura: afecta a la calidad de los suelos, a la escasez de agua, al aumento de plagas y a la aparición de nuevas enfermedades. El cambio climático es una realidad y el 93% de los agricultores lo constata. El clima está cambiando y adaptarse es posible, pero, como toda adaptación, requiere esfuerzo", apuntan en el informe consultado por Vozpópuli. Así, no dan por sentenciado el cambio climático, pero sí explican que necesitamos del agua más que nunca en los últimos tiempos.

Los estragos de la falta de lluvia

La sequía y la falta de lluvias, que ha dado un ínfimo suspiro este sábado, vuelve a agravar el problema de la inflación de los alimentos. Desde septiembre de 2021, la escalada en los precios ha sido imparable: se han encarecido hasta un 24%. Esta situación climática y meteorológica no ayuda a una bajada necesaria y urgente de precios.

¿Cuáles son los productos que más estragos están sufriendo por la fata de lluvia? La preocupación principal se encuentra en los cítricos, frutales, cereales y olivos.

Por otro lado, según la UPA, los cultivos de secano (cebada, trigo, avena...), también necesitan las precipitaciones para poder desarrollarse. Ante la falta de lluvia, "están prácticamente sentenciados en la mitad sur, y agonizando en la mitad norte".

Por otro lado, los frutales, los olivos, los frutos secos y los viñedos tienen una mayor resistencia a la sequía. Pese a ello, también están muy afectados por las bajas precipitaciones y las temperaturas altas. En varias zonas está "en peligro la supervivencia de los árboles", en especial de los más jóvenes y los que no tienen riegos de apoyo.

Los cultivos de regadío (hortalizas, maíz, guisantes, patatas, frutales…) que no tienen problemas con la dotación de agua y no tienen restricciones, aguantan bien, aunque no deja de aumentar la superficie de riego con restricciones que deriva "en pérdidas a los agricultores y menores producciones". Igualmente, para cultivos como la cebolla o el ajo hemos pedido que se adelante un riego de emergencia, pues si esperamos al 1 de mayo (fecha en la que se inicia la campaña de regadío en el Guadalquivir) mucha superficie no llegara a esa fecha.

Esto también va a repercutir en la ganadería porque "no habrá suficiente pasto disponible" y las pérdidas de los ganaderos "serán millonarias". Además, tendrán que comprar piensos que "siguen a precios muy altos".

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