Es noticia que Zapatero exprese por fin su inquietud por la salud de la banca española después de muchos años de presumir de su estado de buena esperanza. Aunque tenga que ser en un foro tan poco bancario como la recepción del Rey con toda la plana mayor militar presente en el Palacio Real.
Claro que a otros no les extrañará demasiado ver a nuestro todavía presidente convertido en todo un experto financiero. Quién le ha visto y quién le ve: de la alianza de civilizaciones y el matrimonio gay a hablar de las necesidades de recapitalización bancaria.
Al margen de los abucheos al uso al presidente del Gobierno y de la animada charla sobre el fútbol y la campaña electoral que mantuvieron Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba antes del desfile, la recepción ofreció ayer algunas notas de interés. El Buscón ha anotado algunas de ellas para sus lectores.
La primera versa, como decía, sobre la preocupación que mostró Zapatero a sus interlocutores por las reglas que regirán para la recapitalización de la banca europea y, en particular, la española. El presidente desveló que había conversado el martes pasado con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para intentar ordenar ideas, consciente de que el panorama que se abre puede suponer para las entidades españolas cambiar las reglas del juego a mitad del partido. El desenlace lo conoceremos el próximo día 23 en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno.
Zapatero, que ha recibido las lecciones aceleradas de economía que le recomendaba Jordi Sevilla de manera dramática, comenta que, a pesar del paso dado ayer por Nicolás Sarkozy, nadie tiene claros los parámetros que condicionarán la recapitalización y de qué forma van a afectar a los principales tenedores de deuda contaminada y sobre qué porcentajes se va a trabajar. La Autoridad Bancaria Europea estudia estos días cuánto capital necesitaría la banca para mantener un ratio de solvencia del 7% bajo un escenario de recesión. Si prospera este porcentaje como referencia, el suspenso está asegurado para la mayoría de las entidades españolas, obligadas a encarar una recapitalización masiva.
También se desconoce, y esto es fundamental para España, de qué forma pesará en la recapitalización la posesión de activos inmobiliarios que no han sido suficientemente actualizados en los balances de las distintas entidades. Por ahí pueden llegar muchas sorpresas, llanto y rechinar de dientes, ante una actuación que no se ha hecho en todos estos años.
Mientras el presidente expresaba su desasosiego ante lo que puede estar por llegar para el sistema financiero, Mariano Rajoy escogió como uno de los hilos conductores de la conversación con los invitados a la recepción la actualidad de la política exterior. El líder del PP se instaló desde el principio en un rincón de la sala, al que se acercaron numerosas personas, muchas de ellas embajadores en activo vinculados al PSOE, para departir con él y hacer las oportunas presentaciones por lo que pueda estar por llegar.
Y un detalle más que no pasó desapercibido a los presentes: Zapatero hizo mutis por el foro con su mujer, Sonsoles, en cuanto el Rey Juan Carlos abandonó la sala, mientras que Rajoy aguantó animado hasta el final, acompañado de parte de la cúpula de su partido.
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