A cinco semanas de las elecciones generales, su inclusión como número cuatro en la lista del PP al Congreso por Madrid, adelantada oficialmente por su partido, significa la recuperación para la política española de quien ha sido visto con recelo por un sector de su partido y se ha reconocido a sí mismo como un "verso suelto" dentro del PP.
Su, para muchos, ambición no disimulada por llegar a lo más alto y su tendencia durante largos años a presumir de las diferencias ideológicas más que a apoyarse en las coincidencias con sus compañeros de partido le han acarreado no pocos adversarios en el PP, especialmente en el PP de Madrid.
Ambas circunstancias explotaron primero en 2004, cuando su "mano derecha", Manuel Cobo, quiso disputar la Presidencia del PP de Madrid a la recién elegida presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, en la que fue la primera crisis interna que afrontaba Mariano Rajoy como líder del PP.
La segunda ocasión se produjo en enero de 2008, cuando el propio Rajoy tuvo que dejar a Gallardón fuera de las listas del Congreso, para las que se había ofrecido públicamente, ante la presión de Aguirre para formar parte también en ese caso de la candidatura de Madrid, lo que implicaba su renuncia a la presidencia regional y un riesgo innecesario de perder las elecciones autonómicas.
Gallardón se confesó aquel 16 de enero "triste", "abatido" y "derrotado" y anunció que abriría, tras las elecciones generales del 9 de marzo, un "periodo de reflexión personal y compartida" con las personas que le habían acompañado en los últimos años sobre si abandonaba o no la política.
Aquella reflexión acabó por mantenerle al frente del Ayuntamiento y, a pesar de alguna discrepancia con Aguirre, como la que protagonizaron el año pasado por el control de Caja Madrid y, colateralmente, por el supuesto espionaje a políticos madrileños, entre ellos Manuel Cobo, le ha conducido a reducir progresivamente sus roces con otros compañeros de partido y a integrarse perfectamente en el equipo de dirección del PP más cercano a Rajoy.
En todo caso, esas discrepancias ideológicas que ha mantenido, y para algunos alimentado, durante años, le han situado ante buena parte del electorado en la zona más centrista del PP, precisamente la que ahora busca Rajoy.
Eso le permitió, por ejemplo, arañar los suficientes votos en municipios y distritos madrileños tradicionalmente de izquierdas como para aumentar constantemente su ventaja electoral respecto al PSOE, fuera quien fuera su adversario, desde Cristina Almeida a Trinidad Jiménez y Miguel Sebastián.
Su imagen centrista, incluso de favorito de la izquierda según algunos sectores de su partido, le ha permitido también acoger en su equipo a la esposa del ex presidente José María Aznar, Ana Botella, marcadamente situada por la mayoría del electorado en el lado más conservador del PP, sin merma apenas de su halo de moderación.
Precisamente Ana Botella será protagonista a partir de ahora de la otra cara de la moneda del regreso de Ruiz-Gallardón a la política nacional, ya que si bien el puesto de diputado es compatible con el de alcalde, no lo es el de ministro, para el que muchos en el PP le ven predestinado, y tendría que dejar su despacho en el Palacio de Cibeles.
Todo el mundo en su entorno sabe que si Ruiz-Gallardón entra finalmente en un Gobierno de Rajoy, su vicealcalde, Manuel Cobo, saldría también del Ayuntamiento y sería su segunda teniente de alcalde quien se quedaría al frente del Ayuntamiento.
AGUIRRE TAMBIÉN OPINA
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha dicho hoy respecto a la candidatura de Alberto Ruiz-Gallardón al Congreso de los Diputados que "lo que de verdad le haría ilusión (al actual alcalde) es ser ministro del Gobierno de la nación".
"Yo espero que pueda ver cumplido su sueño", ha sentenciado Aguirre en una breve declaración a los periodistas que siguen su visita a una fábrica de cerveza en un polígono de Alcorcón (Madrid).
Si Ruiz-Gallardón fuera ministro dejaría la alcaldía de Madrid, por lo que los periodistas han preguntado a Aguirre cómo vería la opción de que ese puesto lo ocupara Ana Botella.
No obstante, la presidenta madrileña y del PP en esta región ha eludido comentar esa hipótesis en su breve declaración a la prensa.
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