Es una de las novelas más agrias del escritor austríaco Thomas Bernhard. En ella, un hombre vuelve a Viena después de 20 años de ausencia. Y su regreso coincide, justamente, con el suicidio de una amiga y la invitación a una cena artística ofrecida por un matrimonio de la pequeña burquesía del que en su momento fue casi cortesano y a los que ahora odia, por sus prácticas provincianas y esnobistas.
Tala ha sido la obra que el actor y dramaturgo argentino Gonzalo Cunill ha decidido adaptar al teatro para estrenarla en Temporada alta, el festival de otoño de Cataluña. La pieza, que tiene como director a Juan Navarro, se estrenará este jueves en la Sala La Planeta de la capital gerundense.
Gonzalo Cunill declaró ante la agencia EFE la calidad de esta novela de Thomas Bernhard, de la que ha señalado que es "atípica dentro de su obra, porque apela al sentimentalismo, dice que es bueno ser sentimental".
Cunill adaptó "Tala" junto al escritor Antonio Fernández Lera, "aunque lo que realmente se hizo es reducir las doscientas páginas del libro a sólo cincuenta, con el permiso de los herederos".
"Del texto no se ha tocado ni una coma, sólo se ha cortado", ha insistido el actor,quien viajó a Austria para conocer los escenarios en los que se desarrolla la novela junto a Gonzalo Cunill.
En esta novela en la que Bernhard habla de Viena como una ciudad depredadora que ahoga a sus propios vástagos, delata un tema recurrente -a su manera- en la obra de Bernhard -ya estaba presente en su novela Sótano, perteneciente a una saga autobiográfica-, y que que retomará en El malogrado (1983), centrada en el fracaso de un estudiante de piano en contacto con un genio.
A lo largo de su obra, Bernhard parece cuestionar la utilidad-inutilidad de lo culto o lo creado, lo artístico o lo que quienes crean entienden como tal. En sus textos, además, se respira una dura refllexión donde propio deviene en veneno.
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