Gallardón anunció la medida a bombo y platillo hace tres semanas y aseguró que la medida permitirá un ahorro anual de 90 millones de euros al Ayuntamiento, toda vez que el Consistorio tiene que hacer frente al pago de la mayoría de los impuestos relacionados con Calle 30, de la que posee un 80% (el 20% restante se lo reparten a partes iguales Ferrovial y Dragados, la cabecera de construcción de ACS).
Sin embargo, el punto de vista de la oposición es radicalmente distinto, ya que consideran que con la medida Gallardón no hace sino rectificar una estrategia que tomó en su día y que no ha obtenido el resultado esperado. Antes de la creación de Calle 30, la calificación de Standard & Poor’s para la deuda del Ayuntamiento de Madrid era de AA+ mientras que la última revisión de la agencia la dejó en A, como consecuencia del elevado endeudamiento de la capital y de su escasa liquidez.
Además, la oposición también planteará que el ahorro del que habla Gallardón para defender la medida se ha dejado de producir durante los años en que ha estado activa la sociedad. El Grupo Socialista cifra en más de 300 millones de euros los gastos que ha supuesto Calle 30 para el Ayuntamiento de Madrid, una sociedad que ahora quedará sin utilidad toda vez que su deuda va a volver a engrosar los balances del Ayuntamiento de Madrid.
Aunque se considera a Gallardón como el autor intelectual de la maniobra, quien tendrá que dar la cara será Juan Bravo, tercer teniente de alcalde y representante del Grupo Popular en el Ayuntamiento para las comisiones del pleno de Hacienda y Administración Pública. A él irán dirigidas las preguntas de la oposición.
“Tendrá que explicar por qué sólo cinco años después se deshace el camino iniciado en 2005. Él mismo se ha dado cuenta del error que cometió y vuelve atrás pero por el camino se ha dejado cientos de millones de euros”.
La oposición tiene asumido que Gallardón dejará de ser alcalde de Madrid después de las elecciones generales y que se llevará a gran parte de su “guardia de Corps” con él al departamento que vaya a ocupar. De ahí que le preparen un duro final de singladura al frente del Consistorio madrileño, con la deuda de la M-30 y el convenio con el Real Madrid para la cesión de terrenos como telón de fondo.
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