A falta de dos meses para que finalice el actual ejercicio económico, la política de infraestructuras ha contado para el conjunto del sector público estatal con 17.000 millones de euros, volumen que ha ido a parar en su mayor parte a ferrocarriles, 6.947 millones, y a carreteras, con 2.540 millones. Pero esta cobertura financiera se ha demostrado muy escasa en comparación con los compromisos contractuales contraídos por Fomento con las principales constructoras, cálculo en el que se evidencia un desfase presupuestario de 8.364 millones de euros hasta 2014.
La prórroga de las cuentas estatales para 2012 implica ya para el año que viene un desequilibrio de 5.104 millones de euros, volumen que se reduce a 1.719 en 2013 y a 1.541 en 2014. El mayor desajuste se refleja en la dirección de Carreteras en estos tres ejercicios, con un montante global de casi 3.600 millones de euros. Pero tampoco es menor en la partida de infraestructuras ferroviarias, infraestructuras terrestres, Puertos del Estado y aeropuertos (ver cuadro).
La falta de recursos ha hecho que buena parte de las inversiones en obra pública se hayan financiado con fórmulas de colaboración privada. Además, se ha recurrido a acuerdos firmados con el Instituto de Crédito Oficial para dar cobertura al 30% del plan extraordinario de infraestructuras que el Gobierno presentó en abril del año pasado. También se ha echado mano del Banco Europeo de Inversiones, con la ex de Fomento Magdalena Álvarez en la vicepresidencia. Esta entidad ha aportado 2.100 millones de euros.
Fuentes oficiales de Fomento alegan que no disponen de cifras globales sobre el desajuste presupuestario y piden tiempo para mirar organismo por organismo. El portavoz del área en el grupo parlamentario socialista, Rafael Simancas, considera que no puede hablarse de desfase como tal porque la ejecución de las obras, que es cuando se liberan los recursos, permitirá acompasar los tiempos a los compromisos contraídos. Durante este año, Fomento debe ejecutar un total de 13.400 millones de euros, frente a los 20.000 que ejecutó, por ejemplo, en 2009.
Para el portavoz de Fomento del PP, el diputado Andrés Ayala, “la herencia que deja Blanco es la culminación de una desastrosa gestión ministerial que ha sido coronada con el ridículo que ha hecho el Gobierno en las privatizaciones fallidas de AENA y Loterías”.
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