El jeque Al-Thani no es un habitual del palco de La Rosaleda. Es más, su presencia en la zona noble del estadio resulta excepcional. Pero a Al-Thani le pareció que una visita como la de Florentino Pérez bien valía esa excepción, aunque realmente era Pérez quien estaba buscando al jeque. No muchos personajes cuentan con la influencia que tiene Al-Thani en uno de los países más bendecidos por los petrodólares.
El dueño del Málaga es pariente de Hamad Al-Thani, emir de Qatar, por lo que puede considerarse como miembro de la familia real. Con ser atractiva esta condición para hacer negocios en el emirato, quizá la supere la que sitúa a Abdullah Ben Nasser Al-Thani como miembro del consejo de administración del Doha Bank, una de las principales entidades financieras del país, por supuesto controlada también por la familia real y que está dispuesta a financiar las obras del plan de infraestructuras de Qatar.
El proyecto del metro de Doha figuró en primera línea, especialmente después de que las autoridades qataríes anunciaran que su definitiva licitación se retrasará unos meses. Al-Thani se encargó de tranquilizar a un Florentino Pérez que está dispuesto a echar el resto por un contrato que, más allá de su cuantía (en torno a los 500 millones de euros en su primera fase) puede abrir las puertas de una auténtica lluvia de oportunidades similares.
No en vano, el presidente de ACS acude con todas sus armas a Oriente Medio. A la opción de Hochtief, filial alemana del grupo con amplia experiencia en la zona, se sumará la de la joint venture que acaba de constituir Dragados, cabecera de construcción del grupo español, con Advance Rail (ARG), grupo radicado en Abu Dhabi, con el que quiere acudir a cuantas licitaciones de peso se presenten en la región.
Pero los intereses en el terreno de los negocios van en ambas direcciones. Al-Thani ya ha colocado su primera piedra en el nuevo puerto de Marbella pero no pretende quedarse ahí. Y todos los apoyos que pueda tener en España serán pocos, más si cabe con el más que previsible cambio de signo en el Gobierno.
El último lado del triángulo hay que encontrarlo en Amman, capital de Jordania. World Economic Forum, encargada de organizar la archifamosa conferencia mundial en la localidad suiza de Davos, llevó hasta allí un seminario económico sobre el crecimiento en el mundo árabe y la creación de puestos de trabajo en la región. Hasta allí se desplazó el Rey don Juan Carlos, invitado por el monarca Abdullah, con quien mantiene una excelente relación desde hace muchos años.
No obstante, don Juan Carlos no se ha prodigado en los últimos meses en visitas al exterior por consejo médico tras la operación a la que fue sometido. Sin duda, en este caso la ocasión merecía la pena. En la conferencia se trataron asuntos relacionados con las oportunidades que surgirán al calor de los planes de infraestructuras, entre otros países de Qatar y Emiratos Árabes, en los que están puestos los intereses de Florentino Pérez. De ahí que se tratara de una buena ocasión para mediar y cerrar un triángulo que puede resultar más que provechoso y que el monarca español no estaba dispuesto a perderse.