La canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho que la crisis que vive la eurozona es "la más grave" desde la Segunda Guerra Mundial y ha avisado de que "el mundo está mirando a Europa" esperando una respuesta, pero ha eludido dar detalles sobre el plan global para combatir la crisis de deuda que se debatirá esta tarde en la cumbre del Eurogrupo.
"Lo que es bueno para Europa es también bueno para Alemania", ha dicho la canciller en una comparecencia ante el Bundestag para obtener respaldo parlamentario de cara a la negociación. "Si el euro fracasa, también Europa fracasa", ha dicho Merkel, que ha avisado de que nadie debería dar por seguros otros 50 años de paz en Europa.
La canciller ha dejado claro que los bancos deberán asumir pérdidas en la deuda griega "mucho mayores" al 21% pactado en julio, aunque ha eludido precisar el porcentaje de la quita. Únicamente ha aclarado que el objetivo debe ser recortar la deuda griega hasta el 120% del PIB en 2020, frente al 180% que está previsto que se alcance el año que viene.
También se ha comprometido a "apoyar a Grecia durante bastante tiempo", pero a cambio ha reclamado una vigilancia permanente de la UE sobre el país para garantizar que lleva a cabo las reformas. "No es bastante enviar una troika a Grecia cada varios meses. Lo que queremos es tener una vigilancia permanente en Grecia", ha insistido. Aunque ha admitido que "los ciudadanos griegos han pasado por mucho y tenemos que respetarlos".
Además, ha pedido a los diputados que apoyen el refuerzo del fondo de rescate de 440.000 millones de euros para crear un "cortafuegos" que "proteja" del contagio de la crisis griega a otros países, aunque tampoco ha aclarado qué potencia alcanzará el mecanismo de ayuda. "Creo que debemos asumir el riesgo de maximizar el fondo europeo de estabilidad financiera, no hay mejor alternativa", ha sostenido.
Eso sí, ha dejado claro que no se aumentarán las garantías que aporta Alemania al fondo ni tampoco habrá ninguna implicación del Banco Central Europeo (BCE), como reclamaba Francia. "Es muy importante que ninguna opción que implique al BCE está sobre la mesa. Ello vulneraría los Tratados", ha insistido la canciller. También ha explicado que los países que necesiten esta ayuda -entre los que podrían encontrarse Italia y España- deberán cumplir estrictas condiciones.
Finalmente, Merkel ha defendido imponer en la UE un nuevo marco de disciplina fiscal que garantice que no se repita una nueva crisis de deuda y ha exigido para ello una nueva reforma de los Tratados. La canciller ha puesto como ejemplo las reformas que están realizando Irlanda y Portugal y también el caso de España.
"España, poco antes de las elecciones, ha cambiado su Constitución para introducir un freno a la deuda", ha dicho Merkel. "De este modo, estamos mejorando los procedimientos europeos", ha señalado entre aplausos de los parlamentarios.