Lo dice una casa tan respetable como BNP Paribas, a través de su división de análisis y brokerage Exane. Ayer publicó un interesante informe de unas 50 páginas titulado How to play Spain´s general election, en el que analiza cómo podría moverse el mercado después de dicha cita, a tenor del Gobierno que pudiera formarse. Entre otras jugosas aportaciones, señala que Rosa Díez sería mejor vista en un nuevo Ejecutivo que los nacionalistas y la incluye dentro de la única alianza electoral que gozaría del visto bueno por parte de los inversores.
BNP Paribas es un banco del EuroStoxx con un tamaño bursátil mayor que BBVA pero menor que Santander, y, sobre todo, una arraigada presencia en España. El documento señala como principal posibilidad una victoria por mayoría absoluta del PP, lo cual “sería favorable de cara a las duras medidas que creemos necesarias” para que el páis despierte del letargo en el que está inmerso. Ayer, sin ir más lejos, nuestra economía afloró unas cifras de paro tremendas, con los cinco millones de desempleados constituyendo ya una realidad.
Aun así, si Mariano Rajoy simplemente ganara los comicios pero dependiera de otras formaciones, la firma francesa destaca que “por primera vez” la derecha podría formar un Gobierno fuerte sin depender de fuerzas nacionalistas.
BNP destaca que UPyD ha presentado 465.125 votos en las recientes elecciones autonómicas y municipales (un 2,06%), que le confiere expectativas reales para tener peso en el arco parlamentario. Los galos califican a la formación de Díez como “el único partido puro de centro”.
La entidad que en España comanda Ramiro Mato señala Rajoy podría formar una coalición con Díez “que no requeriría concesiones regionales”. Eso sería bien visto por los altos financieros, aunque ojo, “también esperamos una reacción negativa de los sindicatos y posiblemente una huelga general”, una vez se empiecen a tomar medidas impopulares. En cualquier caso, un pacto con CiU y/o PNV “sería negativamente visto por los mercados”, ya que la alternativa no nacionalista sería “más barata” que la nacionalista. Y eso dejaría más margen para arreglar cuestiones presupuestarias y de déficit.
Suponiendo que se alcanzara uno de los escenarios favorables (absoluta de Rajoy o pacto razonable con Díez), BNP contempla una reducción del riesgo país inmediatamente después al 20-N, aunque sería efímera. Luego, en los siguientes 2-4 meses, los inversores estarían avizores a comprobar si el nuevo Ejecutivo era capaz de ponerse en marcha e implementar reformas y, sobre todo, detectar situaciones peores de las previstas. Sólo un semestre después sería cuando una actuación decidida del nuevo Gabinete facilitaría una reacción de los mercados sostenidamente al alza.
De esta manera, desde la comunidad financiera internacional Rosa Díez se está encontrando con un apoyo inesperado. De desheredada en su propia casa, cuando tuvo que salir por la puerta falsa del PSE, a opción atractiva para los grandes inversores mundiales. Ni más ni menos.
MAFO, sin credibilidad
En el extenso informe hay algunas pinceladas bancarias muy interesantes también. La primera, la que sueltan sobre el Banco de España: “en nuestra opinión, ha perdido credibilidad durante la actual crisis financiera”. Hay muchos candidatos a suceder a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien sin duda agotará su mandato hasta julio del año que viene, pero “seríamos extremadamente cautelosos si el nuevo gobernador tuviera links con formaciones políticas, ya que esto podría retrasar las necesarias reformas”.
La entidad francesa es consciente de que España necesita que fluya el crédito por la economía, aunque para ello será necesario que el nuevo presidente se dé prisa en acelerar el reconocimiento de pérdidas de algunas entidades. Hace falta reconocer el problema antes que nada, lo que será bueno para el medio plazo.
Sin embargo, sobre lo que se muestran escépticos es en el proceso de reestructuración. “El PP ha demostrado en el pasado su incapacidad para manejar entidades financieras: cinco de las principales cajas del país que han necesitado un importante rescate por parte de los contribuyentes fueron controladas por el partido durante años”.
Tampoco tiran las campanas al vuelo con el reconocimiento de pérdidas: “eso supondría reconocer la necesidad de nuevas inyecciones de capital”.
Por lo demás, pone de manifiesto la preocupación popular por los precios de la energía, subrayando el compromiso por resolver de una vez el déficit tarifario. También, que TVE podría volver a emitir publicidad o que la Sepi colocará de un plumazo el resto de participaciones en empresa cotizadas.
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