Cuando se pregunta en su entorno de quien echaría mano el candidato socialista si tuviera que formar Gobierno, emerge una docena larga de nombres que en la última legislatura han trabajado con él codo con codo o, simplemente, gozan de su simpatía. En el área económica figuran los nombres de Inmaculada Rodríguez Piñero, Pedro Sánchez y Valeriano Gómez, aunque ninguno de ellos sería tenido en cuenta para pilotar la nave de la vicepresidencia en una tormenta tan gruesa como la actual. En el PSOE se piensa más bien que Rubalcaba ofrecería el cargo a alguien ya rodado en esta crisis como José Manuel Campa, David Vegara o algunos de los viejos espadas que trabajaron en Economía en la etapa de Felipe González.
Dentro del área política, la lista de afinidades de Rubalcaba es también extensa y comprende a integrantes de la llamada vieja guardia –Javier Solana, Ramón Jáuregui, Cristina Narbona, José Enrique Serrano, Manuel Marín…- y a jóvenes promesas que tienen puesto seguro en las candidaturas al Congreso, entre ellas Antonio Hernando, Elena Valenciano o Eduardo Madina. El lendakari Patxi López y el actual ministro del Interior, Antonio Camacho, muy posiblemente serían llamados también por Rubalcaba para sentarse en el Gobierno, en este caso para conducir el final de ETA.
Zapatero improvisó en 2004 su Gabinete y también su discurso político, pues estaba convencido de que no ganaba las elecciones. Si ahora volviera a ocurrirle esto a Rubalcaba, un escenario que las encuestas equiparan a un milagro, el candidato posiblemente se vería obligado a realizar la misma pirueta que Zapatero hace casi ocho años. Cuando el comité electoral del PSOE le ha planteado la posibilidad de fotografiar algo que pudiera parecerse a un Gobierno en la sombra, Rubalcaba ha despreciado tal posibilidad porque la considera ridícula: ni Gobierno en la sombra ni comité de sabios, ha dicho.
Para improvisar un programa electoral a la altura de los tiempos, Zapatero recurrió en 2004 a un equipo de notables en el que compartieron algunos cafés Pedro Solbes, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Miguel Ángel Moratinos, Miguel Sebastián, Magdalena Álvarez, Gregorio Peces Barba y María Jesús San Segundo, aparte de José Bono, a quien había ganado dos años atrás la secretaría general del PSOE por solo nueve votos de diferencia. La mayoría de ellos fueron incorporados después al Consejo de Ministros en etapas sucesivas, por lo que Zapatero señaló desde el primer momento su cantera. Con posterioridad, Jesús Caldera, que ahora repite como inspirador del programa electoral con Rubalcaba, le regaló a Zapatero la periódica escolta de algunos pensadores de prestigio como Stiglitz, Caldicott, Sapir o Lakoff.
Rubalcaba no ha querido seguir la misma experiencia, aunque recientemente aceptó fotografiarse al lado de Gordon Brown, Massimo D´Alema o Lula Da Silva en la plataforma que le brindó la Fundación Ideas en un hotel madrileño. Algunos dirigentes socialistas de su confianza le han aconsejado que de un paso adelante y muestre también su cantera, pero el candidato ha respondido que lo ve muy forzado, en parte por las escasas posibilidades de éxito electoral para el PSOE que reflejan todas las encuestas.
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