España

El quebrado Dexia y Société Générale, notables acreedores de Gallardón en la M-30

En concreto, la entidad franco belga, a través de su filial Dexia Sabadell (de la que posee un 60%) representa uno de los principales papeles en el proceso de financiación de unas obras valoradas en 3.800 millones de euros. Los trabajos de la M-30 se financiaron principalmente con dos créditos, por un valor conjunto de 2.500 millones de euros. En ambos, Dexia, entidad especializada en financiación de obras públicas, figuró como entidad agente, junto a SG y Caja Madrid (hoy Bankia).

En concreto, la entidad franco belga, a través de su filial Dexia Sabadell (de la que posee un 60%) representa uno de los principales papeles en el proceso de financiación de unas obras valoradas en 3.800 millones de euros. Los trabajos de la M-30 se financiaron principalmente con dos créditos, por un valor conjunto de 2.500 millones de euros. En ambos, Dexia, entidad especializada en financiación de obras públicas, figuró como entidad agente, junto a SG y Caja Madrid (hoy Bankia).

El mayor de esos créditos, por valor de 1.350 millones de euros, cuenta con dos tramos. El primero de ellos, de 1.000 millones, es el que lideró Dexia, mientras que el segundo, por el importe restante, está totalmente respaldado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

El segundo de los créditos contaba con idénticos agentes (Dexia, SG y Caja Madrid), sin intervención en este caso del organismo público. En ambos casos, el vencimiento se sitúa en el año 2031.

Posteriormente, ambos créditos se sindicaron con la intervención de otras diez entidades financieras, de ahí que el tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento y delegado de Hacienda, Juan Bravo, hablara en el pleno del pasado martes de un acuerdo con 14 entidades financieras: los tres agentes, los diez componentes del sindicado y el ICO.

Curiosamente, el primero de los créditos, el más voluminoso, contaba con un periodo de carencia de cinco años, con lo que la subrogación de la deuda por parte del Ayuntamiento llega, precisamente, cuando comenzaba a exigirse el pago de intereses a la sociedad Madrid Calle 30, creada en su día para que estos créditos no pasaran a engrosar la ya muy abultada deuda del Consistorio.

La participación de Dexia y Société Générale en este proceso no se queda ahí. Ambas entidades también se encargaron en gran parte de los instrumentos derivados contratados por la instrumental Madrid Calle 30 para las coberturas de riesgos ante las variaciones de los tipos de interés. En este caso, es la propia Dexia (y no su filial) la que participa en la operación con un 40%, mientras que SG cuenta con otro 40% y Caja Madrid, con el 20% restante.

A comienzos de octubre, la agencia de calificación Moody’s amenazó con una rebaja de calificación a Dexia, motivada por la situación de su matriz pero también por considerar que algunos de los créditos concedidos por la entidad a comunidades autónomas y municipios se han debilitado.

Hace diez días se hizo efectivo el traspaso de la deuda de Madrid Calle 30, que asciende a algo más de 2.250 millones de euros, a los balances del Ayuntamiento de Madrid, que pasará así a ser deudor de una maltrecha banca francesa.

Una circunstancia que avivará la polémica generada por una decisión por la que el equipo del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha sido fuertemente criticado por la oposición, que habla de sobrecostes de 2.000 millones de euros derivados de la maniobra. Sin embargo, Juan Bravo habló de un ahorro superior a los 2.200 millones.

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