El Ministerio de Cultura pasará a ser una secretaría del Ministerio de Educación y la persona al frente será José María Lassalle. Esas son las dos realidades que, en materia cultural, se manejan en el entorno del Partido Popular ante la –aparente y cada vez más segura- victoria de Mariano Rajoy en las elecciones generales.
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No hay quinielas ni suposiciones. Hablar de otro nombre no está siquiera planteado. Fuentes de Génova lo tienen muy claro: José María Lassalle es el hombre que moverá los hilos culturales en el gobierno de Mariano Rajoy; y no es una idea de ahora, ésta existe desde hace mucho tiempo.
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José María Lasalle (Santander, 1966) es un hombre culto y discreto. Tiene un habla pausada, casi pretenciosa, pero siempre educada y correcta, incluso para responder sin alterarse a una pregunta que despertaría en cualquiera el rubor de la vanidad. “¿Se ve usted de ministro?”. El diputado popular por Cantabria, portavoz de cultura y en su momento jefe de gabinete, da una respuesta líquida y evasiva. Habla de “trabajo en equipo” y de un solo nombre seguro, el del candidato, Mariano Rajoy.
Casado con una la diputada del PSC Meritxell Batet, Lassalle es, según dicen los pasillos políticos, uno de los más escuchados por el presidente del partido. Doctor en Derecho y profesor de Filosofía del Derecho, Lasalle publicó en 2010 Liberales. Un compromiso público con la virtud (Editorial Debate), un ensayo en el que el político popular no sólo aclarara las confusiones ideológicas alrededor del liberalismo, sino que además, aprovechando los sombrerazos teóricos, y a través de sus intervenciones públicas en ocasión del libro, se encargó de alejar del PP el sambenito de neoliberales o neoconservadores, dos movimientos, a su entender, contrarios a los valores que inspiran el auténtico liberalismo.
Para muchos, desde que su perfil político fue haciéndose más nítido al ser electo como diputado por Cantabria en 2004, Lassalle se ha convertido en el hombre ocupado de dotar al PP de discurso teórico y sustancia reflexiva. Es él, de hecho, quien escribe muchos de los discursos de Rajoy, quien en más de una ocasión ha manifestado la confianza que deposita en él, como ya lo hizo en su momento durante la presentación de Liberales, al referirse a Lassalle como su “hombre de confianza”.
Además de profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de Cantabria (1996-2001) y en la Universidad Carlos III de Madrid (2001-03), Lassalle ha sido subdirector del Colegio Mayor Isabel de España de la Universidad Complutense (2002-03), coordinador Científico del Centro de Estudios Hispánicos e Iberoamericanos (2002-03), director de la Fundación Carolina del Ministerio de Asuntos Exteriores (2003-04) y, además, editorialista de ABC y colaborador de El País. Su perfil como hombre público parece, entonces, bastante completo.
Ha sido vocal de la Comisión de Educación, Política Social y Deporte y vocal de la Comisión de Ciencia e Innovación, además de vocal suplente de la Diputación Permanente y Miembro Titular de la Delegación española en la Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP). Es decir tiene el recorrido, el talante y la experiencia suficientes para entenderse con un sector que Ángeles González Sinde deja en total desorden.
En una conversación en su despacho en el Congreso, José María Lassalle expone, a título reflexivo y muy general, las que serán las cuatro líneas del PP en materia de cultura. Son cuatro muy claras y tocan directamente puntos que Lassalle ha defendido en el parlamento.
La primera, una Ley de Mecenazgo que independice a las instituciones del ala “sobreprotectora” del Estado; dos, afrontar un rediseño y reformulación institucional que armonice la administración cultural central con la de las autonomías -y por el que pasaría el cambio de estructura del propio Ministerio-; tres, apostar por modelos competitivos de cultura, asociados al ejemplo anglosajón, basándolos en Internet como principal vehículo de promoción de la cultura española; y finalmente, una revisión sobre de qué forma puede gestionarse el Patrimonio Cultural que actualmente desborda la capacidad del Estado.
Aunque Lassalle insiste en hablar de una visión de conjunto y elude elegantemente cualquier repregunta sobre su cargo de ministrable, todos los números apuestan a que será él el encargado de manejar la cultura en el hipotético gobierno de Mariano Rajoy.
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