Pero pese al acuerdo cerrado entre los dos grandes partidos, el socialista Pasok y el conservador Nueva Democracia, la presencia de la ultraderecha en el Ejecutivo y la necesidad de que el nuevo Gobierno adopte impopulares medidas de ahorro ha generado ya críticas entre diputados de las dos formaciones mayoritarias.
Algunos parlamentarios conservadores critican el desgaste que supondrá apoyar los recortes de un Ejecutivo formado mayoritariamente por socialistas, mientras que legisladores del Pasok han mostrado su malestar por que la derecha radical tenga una cartera en el Gobierno.
El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, afirmó anoche que es urgente que el nuevo Gobierno ratifique el plan acordado el 26 de octubre por la zona del euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para otorgar a Grecia 130.000 millones de euros hasta 2014 y perdonarle la mitad de su deuda.
Por su parte, Grecia tendrá que definir más medidas de ahorro y nuevas reformas para reducir el gasto público, como recordó ayer el propio Papadimos.
Amenaza de disturbios y protestas
Mientras, los sindicatos siguen con sus movilizaciones contra la estrategia de austeridad del Gobierno. Esta mañana, sindicalistas de la compañía estatal de electricidad (DEH) han cortado el suministro de luz al Ministerio de Sanidad, al que acusan de adeudar 3,8 millones de euros al Estado, en una protesta que quiere simbolizar lo injusto de la decisión de interrumpir el suministro a los hogares que no abonen un impuesto inmobiliario aprobado recientemente.
El debate y la votación parlamentaria de hoy se celebrará bajo la amenaza de disturbios y protestas, especialmente por las conmemoración del aniversario de la revuelta estudiantil del 17 de noviembre de 1973, ocho meses antes de que cayera la Junta Militar que había regido el país desde 1967.
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