En la rueda de prensa que siguió a su encuentro en Berlín, ambos jefes de Gobierno hicieron hincapié en su consenso en torno a la importancia de la disciplina fiscal y el fortalecimiento de la competitividad económica de la Unión Europea (UE).
Sólo ante las preguntas de los periodistas, y tras sus sonoros silencios, David Cameron y Angela Merkel tuvieron que reconocer que en su reunión no han acercado posturas sobre el papel que debe tener en la crisis el Banco Central Europeo (BCE) y sobre la propuesta para crear un impuesto europeo a las transacciones financieras.
"Obviamente, no estamos de acuerdo en todos los puntos", señaló el primer ministro británico.
El desacuerdo es frontal en torno a la iniciativa franco-alemana de gravar las transacciones financieras, algo que Londres rechaza de plano -porque lastraría a su sector bancario- alegando que ese tipo de propuestas se deben instaurar a nivel global para que sean efectivas y no sólo en el ámbito europeo.
El otro caballo de batalla entre Alemania y Reino Unido -y Francia y España, entre otros- es la vehemente negativa germana a ampliar los instrumentos de actuación del BCE y, en particular, a capacitar a la autoridad monetaria común para que compre bonos soberanos de países de la eurozona en el mercado primario.
"Todas las instituciones (europeas) deben defender el euro. Es necesario que eso suceda", apuntó veladamente Cameron a este respecto.
A diferencia de la Reserva Federal estadounidense, el Banco Central de Japón y el Banco de Inglaterra, el BCE no puede comprar títulos nuevos de deuda, algo que Berlín no quiere enmendar porque considera que fomentaría la irresponsabilidad fiscal de los Estados y desataría la inflación.
Otro motivo de fricción del que no hablaron en su comparecencia fue el de la propuesta franco-alemana de crear un gobierno económico común para la UE, algo que despierta los recelos del conservador y euroescéptico gobierno de Cameron.
El consenso bilateral, destacaron ambos líderes, se asienta sobre la necesidad de imponer la disciplina fiscal en la eurozona e implementar las reformas económicas necesarias para que todas las naciones que comparten el euro vuelvan a ser competitivas.
"Estamos firmemente decididos a fortalecer Europa", aseguró Merkel, que habló a continuación de "competitividad", "puestos de trabajo", "innovación" y de mantener la posición económica y comercial de la UE a nivel internacional.
Asimismo, subrayaron la importancia de reforzar las instituciones comunitarias y de desarrollar con una "acción decidida", según Cameron, los acuerdos del 27 de octubre, que estipulaban el segundo rescate griego, la recapitalización bancaria y el refuerzo del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF).
"Vamos a trabajar paso a paso por recuperar la confianza", aseguró Merkel.
En este sentido, los dos líderes abogaron por que se llegue a la próxima cumbre de la UE y eurozona del próximo 9 de diciembre con todos los detalles de estos tres puntos cerrados.
Además, ambos jefes de Gobierno destacaron que el mercado común es esencial para sus economías y que el presupuesto de la UE para 2012, que se está debatiendo estos días en Bruselas, debe someterse a los mismos criterios de contención y consolidación que los de los 27 países miembros.
Merkel y Cameron se mostraron en contra del incremento presupuestario propuesto por el Parlamento Europeo, alegando que toda subida debe estar ligada a la inflación.
Cameron llegó a Berlín procedente de Bruselas, en donde mantuvo sendos encuentros con los presidentes de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, con la crisis de la deuda como telón de fondo.
En un comunicado conjunto tras su entrevista, Barroso y Cameron pidieron "una acción decidida" para lograr la estabilidad de la zona euro.