El Banco de España ha cifrado en 562 millones el déficit de capital del Banco de Valencia hasta el 31 de marzo, como adelantó Vozpópuli en su edición del lunes, que tendrá que cargar contra sus resultados, lo que significará que presentará pérdidas en sus resultados del tercer trimestre. Esta cantidad puede alcanzar los 810 millones, como también informaba este diario, ya que hay otros 250 millones que están pendientes de precisar por la clasificación subestándar de numerosos créditos. Buena parte de ellos son de promoción inmobiliaria o por participaciones en empresas inmobiliarias.
Este desfase de capital fue el que motivó el pasado lunes la intervención en el Banco de Valencia, y la sustitución de sus administradores. Desde el pasado martes, José Manuel Oliver Martínez, Margarita Reyes Medina y Fernando Viladomat Carreras, los tres administradores designados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), trabajan ya en la sede central del Banco de Valencia con el objetivo de estabilizarlo y recapitalizarlo y así hacer posible una posterior enajenación a otra entidad mediante un proceso competitivo. Es decir, una subasta, proceso en el que actualmente está inmersa la CAM. Con esta finalidad, la Comisión Rectora del FROB suscribió el pasado lunes capital del banco por un importe de hasta 1.000 millones de euros y otorgarle una línea de crédito de 2.000 millones de euros para asegurar su liquidez.
La decisión de la intervención de la entidad levantina estaba ya tomada desde la pasada semana, pero el supervisor quiso retrasarlo hasta hoy para que su decisión no interfiriera ni en la jornada de reflexión ni en los comicios generales del 20-N. La intervención se produce después de que ninguno de los accionistas de la entidad, encabezados por Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, que participa en un 27% de su capital, quisieran salir al auxilio de la entidad. "Una vez que Bankia alegó que no podía acudir a la recapitalización, el Banco de España tomó la decisión", explican fuentes conocedoras del proceso.
Hace unos días, el Banco de Valencia reconoció que estaba siendo inspeccionado por el Banco de España y que tenía unas necesidades de capital y de provisiones no especificadas, pero que según fuentes financieras podrían situarse entre los 600 y 800 millones de euros. Vozpópuli ya adelantó que había una acción inminente sobre la entidad.