La agencia de calificación Standar and Poors (S&P) rebajó hoy un escalón la deuda de Bélgica, de AA+ hasta AA con perspectiva negativa, ante la continuación de la incertidumbre política y los problemas del sector financiero. S&P señaló en su apreciación el temor a que las "dificultades del sector financiero" hagan necesario un apoyo aún mayor de las autoridades, justo en un momento de "incertidumbre política" que afecta a la credibilidad del país.
En esta línea, también advierte de los riesgos que supone para la posición presupuestaria del Gobierno la creciente probabilidad de que se ralentice el crecimiento económico, dado el proceso de desapalancamiento del sector financiero europeo. Así, recuerda que, con unas exportaciones que representan el 80% del Producto Interior Bruto, Bélgica es una de las economías "más abiertas" de la eurozona y es probable que de las más susceptibles a cualquier debilitamiento de la demanda externa.
La prima de riesgos del bono belga a diez años en comparación con su homólogo alemán se situaba después de la decisión de S&P de rebajar el 'rating' de la deuda a largo plazo del país en los 361,7 puntos, con una rentabilidad del 5,891%.
Bélgica tiene una elevada deuda pública (355.500 millones de euros a finales de octubre), que equivale al 97 % de su PIB, y está inmersa en una grave crisis política, ya que los partidos políticos no han conseguido un acuerdo de Gobierno desde las elecciones de junio del año pasado.
CRISIS POLÍTICA
El anuncio de S&P se produjo poco antes de que se reanudaran las negociaciones entre seis partidos políticos para intentar cerrar el presupuesto de 2012, que habían quedado rotas el pasado lunes, lo que hizo que el encargado de formar gobierno, el líder socialista francófono Elio Di Rupo, presentara su dimisión al rey Alberto II, si bien éste le pidió que continuara con su misión. El bloqueo se produjo por las diferencias entre los dos partidos liberales (que piden que la reducción del déficit se logre por una combinación de recortes de gastos y más impuestos) y las otras cuatro formaciones, que priman un mayor esfuerzo fiscal.
Ante ese bloqueo ya finalizado, el Gobierno que dirige el primer ministro en funciones, Yves Leterme, tomó el jueves varias medidas presupuestarias urgentes para garantizar la continuidad de la actividad del Estado en 2012 en caso de que no hubiera acuerdo de Gobierno. El déficit de Bélgica se ha reducido del 5,8 % del PIB de 2009 al 4,1 % en 2010, un resultado mucho mejor que el objetivo del 4,8 % fijado inicialmente.
Para 2011 está previsto que el déficit sea del 3,6 % del PIB y se busca cómo reducirlo al 2,8 %, una tarea que se hará complicada por el débil crecimiento de la economía prevista para el próximo ejercicio.
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