Arcalia era una gestora independiente de mucho éxito, que fue comprada por Bancaja. Posteriormente, el proceso de fusión en Bankia provocó que se integraran algunas divisiones de gestión del grupo. Así, Arcalia se unió con Nordkapp, otro banco privado cuyo accionista principal era Banco de Valencia, que, a su vez, tenía en Bancaja al inversor de referencia. Los fundadores de Arcalia se fueron de la firma con el tiempo, fundando Egeria Activos a mitad de este año. Ahora, recién intervenido el Valencia, tiene un filón en los inversores de su anterior grupo, del que el 50%, aproximadamente, aportaron en su día.
La jugada es maestra: vendieron en primera instancia, luego se fueron y montaron a su debido tiempo otra institución con sede en Valencia y a continuación el banco del mismo nombre fue intervenido por el Banco de España, con lo que están en la mejor disposición de recuperar a sus antiguos clientes.
La nueva gestora, Egeria Activos, está fundada por Carlos Castellanos, Rafael Vilarrasa, Emilio Salvador y Gonzalo Laloumet, impulsores de Arcalia en 1993 juntos a otros socios, procedentes de Banif, y tiene fecha de registro en la CNMV de 1989, ya que ha heredado la ficha de la antigua Gescafix. Esta pequeña gestora apenas tuvo un fondo en su día y pertenecía a una familia. Pero Egeria comenzó su actividad poco antes del verano de este ejercicio.
Boca a boca
Arcalia nació como un grupo independiente que poco a poco captó patrimonio, fundamentalmente con el boca a boca, como comenta el propio Gonzalo Laloumet, director general del grupo. En 2003, con unos 700 millones de euros de patrimonio y un número importante de VIPS en cartera (los hermanos Andic, Rham Bhavnani, etcétera) vendieron la sociedad a Bancaja, permaneciendo los directivos y socios dentro.
A finales del pasado año comenzó un proceso de salida pactado de los socios de Arcalia, que finalizó en el primer trimestre del actual ejercicio. Fue entonces cuando se propusieron volver a los orígenes como entidad independiente, con Egeria, que tiene su sede social en Valencia. El patrimonio del grupo Arcalia ya se estaba integrando en Nordkapp, dando un grupo con más de 1.000 millones de euros bajo gestión.
Así, en Nordkapp están presentes ahora la práctica totalidad del consejo de administración del Valencia (la familia Aznar, la familia Michavila, la familia Ballesteros, Noguera… a los que hay que unir a los Lladró, los Roig…) En dicho grupo estaba la absoluta 'crema' valenciana, que hace tiempo que resopla en voz más o menos alta, porque toda la zona levantina se ha quedado sin entidades financieras de relevancia, si se exceptúa la Caixa Ontinyent.
No tienen ya ni Bancaja, integrada en Bankia y con un futuro como marca propia incierto, ni el Banco de Valencia, intervenido, ni la CAM, intervenida e inmersa en un calamitoso proceso de venta.
Desde Egeria reconocen que “ofreceremos nuestros servicios a todos esos clientes”, aunque insisten en que “el cliente es soberano”. Además, son conscientes de que no sólo ellos harán lo propio, sino que toda la banca privada de alto copete intentará morder en ese filón. Pero ellos tienen una ventaja: “somos la única gestora con sede social en Valencia” y, además, han trabajado de antemano con todos los clientes. Hablamos de valencianismo, aunque Nordkapp también ejerce. Pero es cierto que en la CNMV, su sede social está inscrita en Madrid. La de Egeria, en la plaza de Alfonso el Magnánimo, en la capital del Turia.
Fuentes cercanas a Bancaja señalan que “habrá que ver qué ocurre, porque Nordkapp está presidida por una personalidad valenciana muy relevante como es Enrique Lucas, que conoce a la perfección a toda su clientela y es todo un peso pesado en la ciudad”. También fue consejero del Valencia, estuvo a punto de presidir el Valencia CF, y está presente en las principales instituciones relevantes de la ciudad.
El Banco de España debe darse prisa
Estas fuentes indican que “si los altos patrimonios y empresarios de Valencia se quejan de que no hay ninguna entidad financiera valenciana, tal vez lo que deberían hacer es poner dinero en la propia Nordkapp e intentar crear ese banco a partir de ahí, ya que están todos dentro”. La duda es conocer el músculo financiero real de estas familias valencianas. Los Noguera, Lladró; los azulejeros… no han salido en los medios en los últimos tiempos por sus éxitos en los negocios.
No en vano, ¿cuánta merma patrimonial ha causado el Valencia? La entidad tiene unos 50.000 accionistas particulares y la compañía, antaño uno de los estandartes del gran valor que podían crear los pequeños bancos, está en el alero.
El Banco de España tiene mucho que decir en esto. Si consigue que se arregle de manera rápida la situación, los inversores en Nordkapp podrían mantenerse sin cambios, pero será difícil que vean con buenos ojos estar invertidos en una sociedad cuyo dueño está intervenido y sin claridad sobre su futuro. El antecedente de la CAM no invita a ser optimistas en este apartado.