Hungría colocó ayer Letras a un mes y medio a un tipo de interés del 7,24%, una cifra que, al menos en el presente siglo, se antoja de escalofrío. Pero es lo que toca cuando los países están auténticamente estrangulados. En la anterior puja, los magiares adjudicaron al 6,63%. Pues aun así, se vieron obligados a incrementar la rentabilidad casi otro 10%.
Asimismo, Italia y Bélgica solventaron sus colocaciones respectivas. Los primeros colocaron bonos indexados a la inflación a 15 años con su tipo más alto en 14 años, el 7,3%. Hace 12 meses, la misma puja se solventó al 2,19%. Es decir, en un año, el coste de financiación se ha incrementado en este caso un 233%.
Los belgas, por su lado, subastaron deuda a 10 años al 5,659%. La liquidez es el bien más preciado. Que se lo digan a Grecia, que antes del 10 de diciembre necesita dinero de la UE para afrontar los pagos de pensiones y los sueldos de los jubilados.
La buena noticia es que en todas estas operaciones hubo cierta demanda. En el caso italiano, el btc (Bid to cover) fue de 2,16 veces y en el belga, de sólo 1,58 en el tramo más largo. Esto puede ofrecer “alguna pequeña bocanada de aire fresco” a España, según señala Javier Ferrer, de Ahorro Corporación, ya que el próximo día 1 el Tesoro español vuelve a tener subasta de bonos y en las anteriores también se ha visto obligado a ofrecer rentabilidades de otra era.
Ferrer destaca que en los últimos tiempos está teniendo lugar “una enorme iliquidez del mercado”, con cifras de contratación inferiores a los 50 millones de euros en determinados plazos. Algo que debería contribuir a relativizar en lo posible el comportamiento de los mercados que ayer, por cierto, mostraron buen tono, sobre todo en los tramos cortos, algo que también contribuye, en opinión del experto, a contemplar la subasta del jueves con cierta calma.
De todas formas, el caso húngaro es significativo de hasta qué punto están los países necesitados de liquidez. El país, que no pertenece a la Eurozona y que este mes anunció que necesitaría ayuda urgente del Fondo Monetario Internacional (FMI), algo que no le sirvió para evitar la rebaja de calificación crediticia hasta ‘bono basura’.
Sí o sí
En Grecia, Bruselas deberá aprobar hoy sí o sí un pequeño tramo de ayuda, si no quiere que se generen enormes tensiones sociales. Debe ser, además, el primer paso para salir de la crisis, ya que mantenerse así es insostenible. No en vano, José Luis Martínez, de Citigroup, afirma que “los tipos de las últimas subasta han sido una locura”.
Es preciso salir de esta situación. Ferrer señala que el primer paso es lograr una salida para Grecia, abriendo una línea de liquidez, para, a continuación, delimitar de una vez qué ocurre con el fondo de rescate y la política de compras de deuda del BCE. Algo que no termina de llegar y ha llevado a los estados a una situación límite.