No está siendo tan espectacular como el meteórico descenso protagonizado en su día por la antigua Astroc, la compañía que Bañuelos fundó a finales de los 90 y elevó a los altares bursátiles. Pero la caída de las acciones de PDG Realty en la Bolsa de Sao Paulo, en cuyo índice selectivo iBovespa está incluida, ha alarmado a los mercados, hasta el punto de que el consejo de administración de la compañía ha puesto en marcha un plan de recompra de acciones con el fin de tratar de recuperar el pulso.
Sin embargo, el efecto de la medida, con la que la compañía está dispuesta a adquirir un 5% de capital propio (lo que supondría una inversión, a precios actuales de mercado, de más de 160 millones de euros) ha sido completamente efímero.
De hecho, PDG sólo mostró reacción el pasado viernes, un día después de que la inmobiliaria comunicara al mercado que pondría en marcha la operación de recompra de acciones, que no lleva aparejada una reducción de capital. Pero después de un repunte del 5%, los títulos de PDG han vuelto a la senda negativa en la que se encuentra durante todo el año.
La compañía inició el ejercicio en el entorno de los 12,5 reales por acción y llegó a situarse por encima de la cota de 13 a cerca de la mitad del ejercicio. Sin embargo, desde entonces los descensos han sido notables y no sólo motivados por la incertidumbre que ha generado en el mercado el agravamiento de la crisis de deuda en Europa.
Los expertos vienen hablando desde hace tiempo de los peligros de un estallido de la burbuja inmobiliaria en los países emergentes, en general, y en Brasil en particular después de que el fenómeno se haya dado con virulencia en economías desarrolladas, con especial mención para la española. Precisamente en ella participó ya Bañuelos con Astroc, cuya OPV será siempre recordada por el hecho de que el precio de las acciones subió más de un 1.000% en apenas nueve meses, lo que situó a una perfecta desconocida con una capitalización bursátil superior a los 9.000 millones de euros.
Tras el espectacular pinchazo del negocio en España, con Astroc como paradigma, Bañuelos probó suerte en un mercado que estaba en pleno desarrollo como el brasileño. Hasta él llegó con la compra de una pequeña compañía a la que embarcó de inmediato en una escalada de fusiones que terminó por generar el primer grupo inmobiliario del país, PDG Realty, al que también llevó a lo más alto de los mercados en el país latinoamericano.
Sin embargo, hace muchos meses que Bañuelos no presta demasiada atención al mercado inmobiliario brasileño y ha optado por centrarse en el agroalimentario, en el que también se ha convertido en una institución al ser accionista de referencia de Vanguarda Agro, el primer grupo brasileño del sector.
Todo parece indicar que, en esta ocasión, Bañuelos no quiere presenciar un nuevo estallido de burbuja, al menos en primera línea.
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