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El nuevo Gobierno considerará una especie de declaración de guerra la anunciada huelga del Sepla para las vacaciones de Navidad. Si nada ni nadie lo remedia, el colectivo de pilotos de Iberia dará la bienvenida al Ejecutivo de Mariano Rajoy con una serie de paros en las peores fechas posibles, tanto por los perjuicios que se pueden provocar a decenas de miles de viajeros como el daño que hace a la imagen de nuestro país en el exterior justo cuando el que será nuevo inquilino de la Moncloa va a vender esta misma semana que somos una nación seria dispuesta a cumplir sus compromisos.
El portavoz adjunto de los populares españoles en el Paralmento Europeo, Luis de Grandes, y el que ha sido durante la pasada legislatura portavoz del PP en la comisión de Infraestructuras, Andrés Ayala, se reunieron la semana pasada con la asociación de aviadores y con el Sepla, respectivamente, para hacerles llegar su profundo desacuerdo con la convocatoria además de la advertencia de que si, finalmente, consuman su amenaza comprometen el diálogo con el Ejecutivo popular el resto de la legislatura, según ha podido saber Vozpópuli. Además, han llegado a avisarles de que si José Luis Rodríguez Zapatero dio un golpe sobre la mesa ante el desafío de los controladores aéreos hace ahora un año, no se puede esperar de un gobierno del PP una posición más débil, más tibia, que la de entonces.
Recibir a Rajoy a "puerta gayola"
Luis de Grandes, que además es portavoz de la comisión de Transportes y Turismo del Parlamento Europeo, echó mano en su reunión con los aviadores de un símil taurino al comentar que no se podía recibir a Rajoy “a puerta gayola”, justo con el cambio de Gobierno y sin margen de maniobra posible. De hecho, los populares creen que el daño ya está causado incluso aunque, finalmente, los pilotos decidan no ir a la huelga. La sola amenaza ya disuade a muchos turistas de viajar a nuestro país, perjudicando a uno de los sectores que mejor funcionan de nuestra maltrecha economía.
Sin entrar siquiera en las causas de la convocatoria, desde Génova entienden que en un momento en que se piden sacrificios a todos los ciudadanos no puede aparecer un colectivo "antipático" y bien pagado como el de los pilotos a presentar un órdago. Tanto tiempo temiendo que sean UGT y Comisiones Obreras los que incendien la calle la próxima legislatura para que la 'amenaza' llegue de un sector con el que el PP no ha tenido mala interlocución por lo que ahora está dispuesto a romper todos los puentes de diálogo "si le hacen esto a Rajoy según sea investido presidente del Gobierno".
Que los pilotos hayan hecho caso a De Grandes y Ayala se sabrá hoy, día elegido para dar a conocer a los ministerios de Trabajo y Fomento su decisión sobre las fechas elegidas para los paros, en caso de que decidan seguir adelante. Por lo pronto, de la huelga se han descolgado los tripulantes de cabina.
Las razones para la convocatoria hay que buscarlas en la decisión de la compañía Iberia de crear una línea "low cost", de bajo coste, que se llamará 'Iberia Express' y que, a juicio de los pilotos no sólo compromete la seguridad de los vuelos sino que relega a Barajas a ser un aeropuerto de "turismo de alpargata" a favor de Londres y de la British Airways, según denunció recientemente el responsable de la Sección Sindical de Sepla en Iberia, Justo Peral. Desde el PP confían en que suavicen su posición.
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