El Gobierno alemán acude pesimista a la cumbre del Consejo Europeo, con poca disposición a hacer compromisos, ya que entiende que "hay actores que todavía no han comprendido la gravedad de la situación".
El ejecutivo advierte de que no habrá margen para posibles soluciones intermedias,que impliquen una nueva base contractual para la eurozona, y que hay tres puntos de la propuesta franco-alemana que se consideran prácticamente innegociables:
En primer lugar se pretende que los frenos nacionales a la deuda se conviertan en Derecho europeo y que el cumplimiento de los mismos sea supervisado por la Comisión Europea (CE).
Además se plantea que en caso de violación del criterio del déficit la CE imponga sanciones automáticas y que los países afectados acuerden un programa de ajuste vinculante.
"No se trata de un deseo alemán, se trata de que la eurozona tiene que recuperar su credibilidad", dijo un alto funcionario del gobierno que también rechazó posibles compromisos en los que se admitieran los eurobonos a cambio de modificaciones en los tratados europeos.
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