En su primera y muy esperada intervención desde el pasado viernes, cuando rechazó un futuro tratado de la UE en Bruselas, el conservador Cameron aseguró que acudió a la cumbre de "buena fe" en busca de un acuerdo con el resto de los países, pero que la defensa de los intereses británicos hizo inevitable su rechazo.
El debate estuvo protagonizado por la ausencia del líder de los liberaldemócratas y viceprimer ministro, que resultó evidente desde el primer momento, cuando los diputados laboristas gritaban: "¿Dónde está Clegg?".
El viceprimer ministro explicó más tarde que decidió ausentarse del debate para no distraer la atención e insistió en que no está de acuerdo con Cameron en su decisión de "aislar al Reino Unido", lo que disparó las especulaciones sobre las tensiones en el Gobierno de coalición de conservadores y liberaldemócratas.
En una viva y en muchas ocasiones acalorada sesión de 90 minutos, que el presidente de la Cámara tuvo que interrumpir en varias ocasiones para imponer orden, Cameron se mostró convencido y contundente a pesar de las duras críticas de la oposición que le acusó de satisfacer al sector mas duro de su partido.
El "premier" llegó al Parlamento fortalecido por los populares tabloides que le consideran un héroe de los intereses británicos y de unas encuestas que muestran cómo los británicos apoyan casi en un 60 por ciento la histórica y trascendente decisión. "Había que elegir un tratado sin salvaguardas o ningún tratado" indicó Cameron, el único líder europeo en quedarse al margen de un acuerdo respaldado por 26 líderes de la Unión Europea.
El primer ministro, que insistió en que las reclamaciones que hizo en Bruselas fueron "modestas, razonables y relevantes", negó que ahora el Reino Unido vaya a perder su influencia y aseguró que su país sigue comprometido con su pertenencia a la UE.
Su partido le respalda
El debate de hoy puso de manifiesto además que Cameron cuenta con el respaldo unánime de su partido, sobre todo del sector más euroescéptico, que jaleó al primer ministro en repetidas ocasiones. Sin embargo, en la Cámara de los Comunes la oposición criticó duramente a Cameron.
Ed Miliband, el líder de los laboristas, le acusó de haber cometido el mayor error "en una generación" para el Reino Unido, pues, según dijo, el país ha perdido "su silla en la mesa" de negociación de Europa, lo que tendrá consecuencias en la economía y el empleo.
Las críticas a Cameron llegaron hoy además desde el carismático y popular ministro principal escocés, Alex Salmond, que acusó al primer ministro de perjudicar a Escocia y de actuar con "torpeza" al rechazar el nuevo tratado europeo.
El líder independentista envió una carta al primer ministro en la que critica su negociación en la cumbre de Bruselas y le acusa de haber cambiado la "relación" del Reino Unido con UE sin consultar primero con las administraciones de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
También la Confederación de la industria británica mostró hoy su preocupación por la postura británica en Europa, recordó que el 40 por ciento del comercio británico es con la eurozona y pidió al Gobierno que "redoble sus esfuerzos" para asegurar que el Reino Unido no sale perjudicado de esta situación.
La decisión de Cameron ha tenido como consecuencia un aumento de las tensiones entre los dos partidos en el Gobierno de coalición, conservadores y liberaldemócratas, que tienen posturas antagónicas respecto a Europa, algo que se puso de manifiesto con la ausencia hoy del viceprimer ministro de tan importante cita parlamentaria.
En ese sentido, Clegg hizo una declaración televisada tras el debate para negar que su ausencia del Parlamento signifique una crisis en una coalición, "que está aquí para continuar". "He dejado claro que el aislamiento en Europa, donde fuimos uno contra 26, es potencialmente algo malo para los trabajos, el crecimiento y la vida de millones de personas de este país", dijo Clegg, en total desacuerdo con su socio en el Gobierno.
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