Hay una forma de escenificar que el traspaso de poder ha transcurrido de forma ejemplar, tal y como se comprometió José Luis Rodríguez Zapatero y reclamó a todos los miembros de su equipo. Gobierno y PP quieren que Zapatero y Mariano Rajoy posen juntos en Moncloa el próximo miércoles 21, el mismo día en que está previsto que el líder popular tome posesión como nuevo jefe del Ejecutivo tras superar, el martes 20, la votación de investidura en el Congreso de los Diputados, según ha podido saber Vozpópuli.
Nunca antes ha habido una imagen así en nuestra democracia. Lo habitual era que las primeras imágenes del nuevo presidente en la que va a ser su residencia y ‘oficina’ de trabajo las protagonizase con su familia, como Felipe González, o con su esposa por los jardines de Moncloa, como hicieron José María Aznar y Ana Botella.
La verdad es que para el día 21 Zapatero ya será ex presidente del Gobierno, un ex presidente, además, que no tendrá ni la condición de diputado de su partido al no volver a concurrir en las listas como, en cambio, hizo Felipe González. Sí seguirá siendo, al menos formalmente y hasta que los socialistas celebren su congreso federal en la primera semana de febrero, secretario general del PSOE. Para el miércoles 21 ya llevará al menos dos días pernoctando fuera de Moncloa. De hecho, está previsto que la del próximo domingo sea la última noche en la que la familia Zapatero duerme allí. De momento se trasladará a una urbanización a las afueras de Madrid. La casa que están construyendo en León no está terminada pero es que además sus hijas no parecen muy dispuestas a mudarse de ciudad.
El proceso de traspaso de poder arrancó con una entrevista en Moncloa apenas dos días después del triunfo electoral de Mariano Rajoy el 20 de noviembre. Fue una reunión discreta que sólo se conoció a su término y de la que se echó de menos una imagen conjunta que transmitiera el mensaje de que no se producía vacío de poder en un momento especialmente delicado para España. Quedaron entonces en volver a verse para hablar a fondo de la cumbre europea del pasado día 9, pero, finalmente, lo limitaron a conversaciones telefónicas, eso sí, prácticamente diarias. Tampoco se produjo otro comprometido encuentro para hablar monográficamente del anuncio de ETA de cese definitivo de la violencia.
Buenas relaciones tras años de encontronazos
La única ocasión en que se les ha visto juntos desde las últimas elecciones generales fue en la celebración del aniversario constitucional el martes de la semana pasada. Mantuvieron un breve intercambio de palabras después de que Rajoy se asegurase que unos micros cercanos no captaran la voz de ambos, aunque luego pudieron hablar fuera del escrutinio de las cámaras durante el almuerzo que les ofreció el ya ex presidente del Congreso, José Bono.
Tras años de duros encontronazos, de la pública declaración de Rajoy sobre la escasa confianza que le transmitía el inquilino de La Moncloa, en los últimos tiempos han restaurado unas relaciones que no dudan en calificar de cordiales personas de su entorno. Sin duda a ello ha contribuido el 'examen' al que se han sometido los secretarios de Estado y subsecretarios del Gobierno socialista con el equipo capitaneado por Soraya Sáenz de Santamaría. Posiblemente nunca un traspaso de poder ha estado tan documentado y preñado de papeles. Las decisiones económicas que el Gobierno popular tomará en breve exige tener todos los datos.
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