¿A qué juega Carlos Dívar? ¿Qué intereses defiende? La actitud “pasota” del presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo está provocando una notable controversia en el seno del Consejo y en no pocos medios de la abogacía madrileña, porque, de acuerdo con diversas fuentes consultadas por este diario, “el órgano encargado de velar por la correcta administración de la Justica”, es decir, el CGPJ, no ha movido hasta ahora un dedo para que se investigue “la filtración a saco” del sumario del caso Urdangarin, justo lo contrario de lo ocurrido, por ejemplo, con el reciente episodio del supuesto cobro de comisiones por el vicepresidente y ministro de Fomento del Gobierno saliente, José Blanco.
Quienes dentro del mundo judicial critican que no se esté defendiendo la presunción de inocencia del yerno del Rey, violentada por las filtraciones del sumario, ponen especial énfasis en resaltar que “no se trata de posicionarse en favor o en contra de Iñaki Urdangarin en absoluto; se trata de que si un sumario se declara secreto, debe serlo de verdad, porque en caso contario tendremos que cargarnos esa figura. Cualquier persona, por muy delincuente que sea, tiene derecho a defenderse y a no enterarse del sumario por la prensa, y aquí las revelaciones están resultando muy escandalosas, como escandaloso es el silencio del CGPJ al respecto”.
Lo llamativo del caso es que el magistrado Dívar mantiene muy buenas relaciones con la casa real, “despacha dentro de la mayor normalidad con Su Majestad y mantiene también un contacto muy fluido con el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno”, aseguran las fuentes. De hecho este martes 13 de diciembre se reunió la Comisión Permanente del Consejo y a ella no asistió Dívar. ¿Dónde se encontraba? Precisamente acompañando a los Reyes en el acto de inauguración de las celebraciones programadas con motivo del tricentenario de la Biblioteca Nacional.
¿Ejercicio de “tiro de pichón” con Urdangarin?
Más llamativo aún, y tal vez más inquietante: “las reuniones celebradas en las últimas semanas con la más absoluta reserva”, según El Confidencial del pasado martes, entre Spottorno y el propio Dívar, en las que “el hombre de confianza de Don Juan Carlos ha trasladado al también presidente del Tribunal Supremo su honda preocupación por la dilación de la investigación judicial y sus efectos perversos sobre la imagen de la Corona”, según el mismo diario. ¿Preocupación por la imagen de la Corona, pero no por la de Urdangarín? ¿Permiso tácito para el “tiro de pichón” con un hombre al que Zarzuela ha dejado caer de forma muy obvia?
“En los temas relativos a las filtraciones siempre tengo dudas”, asegura otra fuente jurídica, “porque se trata de compatibilizar dos derechos. Está claro que los periodistas se merecen un 10 por su trabajo, porque cumplen con su obligación, pero eso no puede hacernos olvidar que, desde el punto de vista del derecho de defensa, que una persona vea su procedimiento en los medios sin estar siquiera imputada, y sin posibilidad de defenderse, pues resulta bastante escandaloso en un Estado de derecho”.
Claro que las culpas no son solo de Dívar. Nadie en el CGPJ, ninguno de sus vocales, ha alzado la voz para pedir que el organismo investigue de oficio el origen de las filtraciones del procedimiento penal del yerno del Rey, justo lo contrario de lo ocurrido recientemente con el caso Campeón, donde el vocal José Manuel Gómez Benítez pidió que se investigaran las filtraciones que estaban situando al ministro Blanco contra las cuerdas en el referido caso. ¿Por qué esta doble vara de medir? “Aquí Dívar se ha blindado en el silencio, y no se sabe bien si es motu proprio o por indicación ajena”, aseguran las fuentes. Más pimienta, pues, para el caso Urdangarin
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación