El todavía alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, lleva camino de dejar un incómodo legado a quienes pasen a ocupar las responsabilidades en el Consistorio ante su más que probable entrada en el próximo Gobierno nacional como ministro. Metro de Madrid, una de las joyas de la corona de la Administración municipal, acumula pérdidas muy próximas a los 100 millones de euros en los dos últimos ejercicios, en los que además se ha apreciado un considerable retroceso en las cifras de usuarios y viajes.
La sociedad que gestiona el transporte suburbano de la capital no solía dar este tipo de disgustos a las arcas públicas. De hecho, era una de las pocas empresas públicas que daba beneficios. Pero no ha sido el caso de los dos últimos ejercicios, especialmente del de 2010, en el que Metro de Madrid multiplicó por más de cuatro los números rojos que registró el año anterior, hasta casi 75 millones de euros. Y todo ello pese a los esfuerzos realizados desde la compañía por la contención de costes.
Con estas cifras encima de la mesa se explica mucho mejor el fuerte incremento tarifario decretado a mediados de 2011, que repercutió especialmente tanto en el billete sencillo (cuyo precio subió de golpe un 50%) como en el bono de diez viajes, a la sazón los más demandados por los clientes. Casi cuatro de cada diez títulos adquiridos por los usuarios el pasado año eran de alguno de estos tipos.
A menos usuarios, mayor coste para tratar de equilibrar el descenso de la demanda, que se cifra en casi un 5% pese a que la época de crisis debería de haber impulsado el uso del transporte público por parte de los ciudadanos. Esa fue la estrategia del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, ya que ambos ostentan la titularidad de la sociedad Metro de Madrid, aunque el Consistorio controla el 75% del capital y la Comunidad el 25% restante.
Además, en 2010 los ingresos se incrementaron significativamente por debajo de lo presupuestado. Así, los ingresos de explotación alcanzaron los 1.064 millones de euros, casi un 9% menos de lo inicialmente previsto. Mientras, los ingresos comerciales se quedaron en 49,6 millones de euros, algo más de un 16% por debajo de lo presupuestado en principio.
Otra de las circunstancias que complica la herencia de Metro de Madrid es la referida a los vencimientos de deuda, ya se incrementan a partir de 2012 algo más de un 60% en relación con los años anteriores. La sociedad recibió en 2010 un crédito con cargo a los presupuestos de la Comunidad de Madrid cercano a los 1.100 millones de euros.
Así las cosas, todo apunta a que 2011 se cerrará como el tercer año consecutivo de pérdidas para Metro de Madrid, que también ha visto como en los dos últimos años se incrementaban sus costes salariales, a razón de algo más de un 5% cada ejercicio. Bien es cierto que la red no ha dejado de crecer pero la repercusión en los ingresos ha sido menor de la esperada.
Visto en perspectiva, la actual situación de las cuentas de Metro de Madrid tiene una sencilla explicación. En los últimos cinco años, los ingresos se han incrementado un 40% mientras que los gastos lo han hecho a un ritmo del 79%. No parece que las políticas de contención de gastos están surtiendo los efectos perseguidos.
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