La holgada mayoría absoluta conseguida por Mariano Rajoy el pasado 20-N coloca a su partido en situación ventajosa para decidir cuándo renueva el organismo encargado de la fiscalización externa del Estado. El 10 de noviembre del año pasado, venció el mandato de nueve años de sus 12 consejeros, entre los que figuran viejas glorias como Juan Velarde, 84 años, Ubaldo Nieto, 80, Rafael Corona, 78, o Ciriaco de Vicente, 75. Los tres llevan una media de veinte años en una institución que en las filas de los dos principales partidos se compara con una especie de cementerio de elefantes.
La pérdida por parte del PSOE de 59 diputados y de 40 senadores en las pasadas elecciones ha dado lugar ya a movimientos internos para recolocarse, pero el problema en este caso es que solo hay 12 puestos y si el PP es generoso dejará como mucho cinco a los socialistas. Uno de los ex diputados mejor colocados para acceder al Tribunal es Francisco Fernández Marugán, veterano portavoz de Presupuestos del PSOE en el Congreso, que ha quedado descabalgado de las candidaturas.
En las filas del PP, uno de los principales aspirantes es el parlamentario Teófilo de Luis, muy querido entre los suyos, economista y secretario general del Grupo Popular. Cuando Rajoy de la señal real de salida habrá codazos porque ser nombrado consejero del Tribunal es toda una bicoca, algo así como acceder a una beca millonaria: más de 112.000 euros anuales, coche oficial, secretaria, gastos de representación...y horizonte institucional de nueve años, es decir, superior a dos legislaturas. Más canonjías que un ministro, pero con mucho menos trabajo.
Las dificultades que tuvo el PSOE en la novena legislatura para renovar a los ‘12 magníficos’ derivaron de la mayoría de tres quintos que se necesita tanto en el Congreso como en el Senado para designar a los consejeros. Cada Cámara nombra seis. Después del 20-N, las cosas han cambiado y se han puesto mucho mejor para el PP. En el Senado, podrá elegir a la mitad del Tribunal sin pedir favores a nadie porque disfruta de mayoría para hacerlo. En el Congreso, tendrá que elegir entre pactar el cupo con el primer partido de la oposición o bien recurrir a los grupos nacionalistas. Este es el temor que alberga el PSOE, que el PP opte por marginarle de la negociación y abra la puerta del Tribunal de Cuentas a CiU, consolidando así la luna de miel que ha comenzado con los nacionalistas en el arranque de la legislatura.
En la actualidad, cinco consejeros son de obediencia del PP (Manuel Núñez, presidente de la institución, además de Juan Velarde, Rafael Corona, Ubaldo Nieto y Ramón Álvarez de Miranda), otros cinco del PSOE (el ex ministro Luis Martínez Noval, Ana Pérez Tórtola, Ciriaco de Vicente, Lluis Armet y Felipe García) y hay uno teóricamente independiente, Javier Medina con el mandato también prorrogado. La vacante por fallecimiento dejada hace cuatro años por el consejero Antonio de la Rosa no se ha cubierto desde entonces.
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