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Draghi se alinea con Merkel: el BCE no financiará a los gobiernos

El nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, está plenamente comprometido con las restricciones impuestas por los Tratados de la UE. Lejos de buscar una cobertura política que permita al BCE iniciar compras masivas de deuda europea en dificultades, Draghi señaló recientemente que estaba "muy sorprendido" de que se malinterpretaran aquellas palabras suyas en las que afirmaba que "el BCE podría implementar otras medidas".

El nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, está plenamente comprometido con las restricciones impuestas por los Tratados de la UE. Lejos de buscar una cobertura política que permita al BCE iniciar compras masivas de deuda europea en dificultades, Draghi señaló recientemente que estaba "muy sorprendido" de que se malinterpretaran aquellas palabras suyas en las que afirmaba que "el BCE podría implementar otras medidas". No suponen una sugerencia a que el BCE pudiera realizar una compra masiva de bonos una vez aprobadas las bases para un nuevo pacto de estabilidad y crecimiento.

Por el contrario, el flamante nuevo presidente del BCE rechazó cualquier tipo de "gran acuerdo", afirmando "tenemos un Tratado, y el artículo 123 prohíbe la financiación de los gobiernos. Encarna la mejor tradición del Bundesbank, y no debemos tratar de eludir el espíritu del tratado." Advirtió específicamente contra los intentos de utilizar "artimañas legales" para eludir los Tratados de la UE.

Artículo 123 del Tratado de la Unión Europea

El artículo 123, véase documento adjunto, prohíbe expresamente que el BCE financie las obligaciones del sector público. Esta prohibición, según fuentes de Banco de España “no hay que entenderla como una restricción a comprar directamente deuda, que el BCE suele hacer en las operaciones en mercado abierto. Se trata de una restricción en contra del uso del BCE como un mecanismo de financiación de las obligaciones del sector público, tal como están haciendo ahora la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra”. Los comentarios de Draghi, señalan estas fuentes, son muy claros: “el BCE no va a iniciar las compras masivas de deuda europea en dificultades a menos que los Tratados de la UE se hayan cambiado de forma explícita.”

Por lo tanto no hay que esperar que el BCE en un futuro próximo se dedique a hacer compras de deuda europea en dificultades. Para ello, como señalan fuentes del regulador: “con el consentimiento de Alemania, Europa no sólo requiere un acuerdo sobre la unión fiscal entre los miembros de la zona del euro, sino una modificación explícita del Tratado de la UE incluyendo cambios en las restricciones del BCE y su mandato”.

Préstamos del BCE a la banca: financiar al gobierno vía sistema bancario

Recientemente han surgido voces que, aprovechando las líneas de liquidez del BCE a la banca, sugerían abordar el problema de la deuda periférica mediante préstamos del BCE a los bancos, utilizando como garantía la deuda con problemas. Según fuentes del regulador, “se entraría en un círculo vicioso de compra masiva de deuda soberana en dificultades por parte de los bancos, más apalancamiento, más necesidades de capital y liquidez, y vuelta a comprar más deuda pública”.

Ello choca con la fuerte reducción de deuda soberana por parte del sistema bancario europeo, donde atendiendo a las cifras presentadas la semana pasada por la EBA, la banca europea sometida a las pruebas de resistencia o “stress test” había reducido su cartera de deuda soberana en más de 100.000 millones de euros en lo que llevamos de 2011.

Aparte de tratarse de un "truco legal que el BCE no estaría dispuesto a facilitar, implicaría un aumento de los ratios de apalancamiento bancario mucho más allá de los múltiplos que ya existen en la actualidad, justamente en un momento de requisitos de capital más estricto por Basilea III”. En la práctica, “los depositantes huirían, y serían los bonistas del banco, no el BCE, los que estarían sujetos a fuertes pérdidas”.

Lo que muchos inversores realmente quieren no es sólo que alguien compre la deuda europea en dificultades, sino que además no dude en asumir sus pérdidas. Se trata del típico problema de solvencia donde en última instancia o se reestructura o se devalúa la deuda.
 

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