España

Rajoy oculta el organigrama del Gobierno para evitar dar pistas sobre su composición

 La expectación y el nerviosismo entre no pocos dirigentes del PP comienza a hacer mella ante el hermetismo total de su jefe de filas y próximo presidente del Gobierno. Mariano Rajoy eludió ayer dar ningún tipo de pistas ni siquiera sobre el organigrama, el diseño, de su futuro Ejecutivo, --salvo que recuperaría el Ministerio de Agricultura--, contra las previsiones iniciales que apuntaban en este sentido.

 La expectación y el nerviosismo entre no pocos dirigentes del PP comienza a hacer mella ante el hermetismo total de su jefe de filas y próximo presidente del Gobierno. Mariano Rajoy eludió ayer dar ningún tipo de pistas ni siquiera sobre el organigrama, el diseño, de su futuro Ejecutivo, --salvo que recuperaría el Ministerio de Agricultura--, contra las previsiones iniciales que apuntaban en este sentido. Conocer la estructura de un gabinete ministerial, que desea reducido al máximo sin comprometer su funcionalidad, hubiera servido para despejar alguna duda, pero no quiso ni dar esa baza a los que escrutan todos y cada uno de sus gestos, que no son demasiados, la verdad.

Llevan ya varias semanas miembros destacados de su entorno lamentando que el silencio impide la formación de equipos, así como adelantar un trabajo fundamental para cuando les toque aterrizar en los distintos ministerios. Aquellos que ya estuvieron en los gobiernos de Jose María Aznar cuentan con cierta ventaja, como es el caso de Miguel Arias Cañete, Ana Pastor o el propio Cristóbal Montoro, "ministrables" con serias posibilidades de volver a repetir. De hecho, la última rumorología coloca a Montoro al frente de un 'fusionado' Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, entendida la reordenación de la Administración como una cuestión de asuteridad, ahorro y eficiencia. Asimismo arrecian los rumores sobre una vuelta a la política de Josep Piqué, uno de los valores más seguros de la etapa Aznar.

Otra cosa son los nuevos. A nadie se le escapa que Rajoy no puede echar solo mano de aquellos que estuvieron con su antecesor del PP. Y entre muchos de los posibles llamados a las primeras o segundas filas administrativas de la nueva era popular cunde cierto sensación de parálisis, de impasse, admitida por ellos a la espera de que el futuro inquilino de La Moncloa desvele todas las incógnitas. "Estamos sin hacer nada", dicen. De hecho, no descartan que Rajoy mantenga la incógnita hasta el último momento posible, de modo que no se dirija a los 'escogidos' hasta poco antes de comunicar los nombres a Su Majestad el Rey, previsiblemente mañana por la mañana salvo que se decidiera precipitarlo todo a esta tarde. 

Papel de La Corona

Rajoy no quiere ningún tipo de filtración o adelanto informativo. Son pocas las personas que pueden estar en el secreto de sus decisiones, a lo sumo, apuntan en el PP, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Javier Arenas y, conociéndole, parecen demasiados. La manera de conducirse tanto con la designación de Jesús Posada, para la presidencia del Congreso, como con Alfonso Alonso, para la portavocía parlamentaria confirman el hermetismo de Rajoy a pesar de que Vozpópuli adelantó ambos nombres.

Además, hay otro detalle no desdeñable: más que nunca, el líder popular desea cumplir los plazos institucionales, que pasan porque sea el Rey el primero en conocer la composición del futuro Consejo de Ministros. Tras el caso que afecta a su yerno Iñaki Urdangarín, tanto PP como PSOE están plenamente implicados en la defensa de la Corona.

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