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La ruptura de las negociaciones sobre Grecia abre dos escenarios: o quita forzada o bancarrota en marzo

El Ecofin, que agrupa a los ministros de Finanzas de la Eurozona, rechazó el lunes la propuesta del Instituto de Finanzas Internacionales (el IIF, en inglés, representante de los 400 acreedores) con relación a la quita voluntaria de deuda griega. Según fuentes del mercado consultadas por Vozpópuli, la negativa se debe a las diferencias entre los acreedores y la UE en torno al valor de los nuevos bonos: cuanto más bajo sea el interés, mayores serán las pérdidas para el sector privado.

El Ecofin, que agrupa a los ministros de Finanzas de la Eurozona, rechazó el lunes la propuesta del Instituto de Finanzas Internacionales (el IIF, en inglés, representante de los 400 acreedores) con relación a la quita voluntaria de deuda griega. Según fuentes del mercado consultadas por Vozpópuli, la negativa se debe a las diferencias entre los acreedores y la UE en torno al valor de los nuevos bonos: cuanto más bajo sea el interés, mayores serán las pérdidas para el sector privado. Los inversores empiezan a contemplar dos posibles escenarios: o quita forzada o bancarrota helena para marzo.

“Al Eurogrupo le parecía que un cupón de un 4% era muy alto. Quería que se redujera a un 3.5% en los primeros 10 años de vida del bono”, critica una fuente conocedora de la negociación. “Llama la atención que el Ecofin rechace la oferta ante tan pequeña diferencia (50 puntos básicos). Habría bastado con prestar 1.000 millones más a Grecia dentro de la fortísima negociación de la que estamos hablando”.

“Da la sensación”, continúa la fuente,” de que Bruselas busca seguir presionando a Grecia para que cumpla los planes de consolidación antes que ahorrar dinero”.

"Esperamos un acuerdo antes del 30"

Pero Bruselas, al parecer, se ha cansado de rescatar a países por tiempo ilimitado. La negociación llevada a cabo estos días no solo implicaba una pérdida del valor nominal de los bonos, sino también un cambio en los títulos, venciendo éstos a los 30 años y no a los 10, como estaba estipulado.

La deuda total griega es de 375.000 millones de euros, de los que 205.000 millones entran en la reestructuración voluntaria del 50% que ha empezado a negociarse ahora tras cuatro años de crisis financiera. Otros 50.000 millones que tampoco entran en el juego están en manos del BCE. Sin embargo ya hay quienes creen que esa cantidad tendrá que entrar en la quita, lo que implicaría una pérdida de 20.000 millones para el supervisor europeo.

A pesar de la ruptura, al mercado le queda paciencia: “Esperamos que haya un acuerdo antes de la reunión del Eurogrupo del 30 de enero, para hacer el swap (trueque) en los días siguientes”, señalan desde el sector privado. Sobre el acuerdo, agregan, “huele a que finalmente va a tener poco de voluntario”. O eso, o la bancarrota helena.  

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