El exvicepresidente del Gobierno y candidato del PSOE en las últimas elecciones del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido elegido este sábado secretario general de su partido con 487 votos frente a 465 de su contrincante, Carme Chacón, con dos blancos y uno nulo según ha informado el PSOE.
Los dos candidatos del PSOE a la secretaría general han peinado esta mañana todas las sensibilidades de los 956 delegados convocados al 38º Congreso para ganarse su voto. Rubalcaba se ha arrepentido de no haber “metido mano” a algunos banqueros e incluso ha propuesto romper el acuerdo con la Santa Sede si prospera el “ajuste ideológico” del PP. Chacón ha reivindicado a Zapatero, ha anticipado su triunfo y se ha presentado como la solución para salvar Andalucía.
Este no es un congreso socialista al uso porque en su trastienda ha habido no solo presiones a los delegados, sino amenazas directas. Muchos de ellos, si no obedecen las consignas, pueden perder su puesto de trabajo. Ya apenas quedan concejalías y cargos públicos, pero hay un poder orgánico que mueve todavía decenas de millones de presupuesto. Pero esto no ha aparecido en los discursos de los dos candidatos de esta mañana, por eso es necesario descifrar sus códigos para entender de verdad su alcance, repleto de reproches y de advertencias en clave interna.
“No voy a hacer rubalcabismo”
En un intento de desmontar su fama de maquinador, de alguien al que no le gusta la gente, Rubalcaba ha venido a decir que él representa a todo el partido, no solo al socialismo catalán, que hace falta una dirección sin sectarismo, integradora, sin personalismos, con un liderazgo fuerte. “No voy a hacer rubalcabismo”, ha asegurado. También ha anticipado que repartirá porciones de influencia entre todas las federaciones. Todo esto, para su parroquia. Y para la galería, y es lo que más ha excitado a los delegados, ha respondido a Botín que sí, que los políticos tienen la culpa…pero no de la penosa situación financiera de España, sino “de no haber metido mano a los banqueros que especulan con nuestros ahorros”. Y la Iglesia tampoco se ha librado porque Rubalcaba también ha propuesto romper el acuerdo con la Santa Sede si en España “se retrocede treinta años” en la regulación del aborto o en la asfixia de la escuela pública. Hay que frenar, ha defendido el candidato, el “ajuste ideológico” del PP.
Dando la vuelta a la intervención de esta mañana de Rubalcaba cabe deducir que él ve a Chacón como una dirigente sectaria, que desprende personalismo, inclinada a secuestrar el PSOE, con todas las letras, bajo el yugo catalán. Hay que ir, ha dicho, a una España federal, no a una confederación. Todavía se desconoce el alcance de estas advertencias entre los delegados.
Chacón, socialista "para siempre"
Chacón ha exhibido su candidatura fashion con una sobreactuación pasada de decibelios, de hecho algunos de sus gritos han provocado risas en algunos delegados. Se esperaba que pusiera pasión, pero no de forma tan desaforada. En clave interna, le ha acusado a Rubalcaba de echar por tierra las primarias, de hacer desde el Gobierno política de derechas, como si ella no hubiera estado sentada en el mismo consejo de ministros. Ha recordado, para sensibilidad de los espectadores, que su abuelo estuvo en campos de concentración y que cuando le dijo que no había conocido la juventud, se hizo socialista “para siempre”.
La candidata, como Rubalcaba, ha pulsado todas las teclas que cree le pueden dar ventajas entre los delegados: el feminismo, las políticas de igualdad, el avance en los derechos sociales…pero sobre todo ha reivindicado a Zapatero. Conocerle, ha asegurado casi desgañitándose, “ha sido lo mejor” que le ha pasado en su vida.
Chacón también se ha presentado al congreso como la llave más útil, cercana y segura para remontar electoralmente. Y la parada más inmediata está en Andalucía, con Asturias en un segundísimo plano. Por eso ha dicho en Sevilla que con ella no caben interinidades, ni gestionar travesías del desierto, ha dado a entender que con su entusiasmo la remontada del PSOE está a la vuelta de la esquina. La delegación andaluza se ha volcado en sus aplausos, de hecho es lo que ha inclinado a José Antonio Griñán a regalarle su respaldo, el miedo a tener que conducir su campaña electoral al lado de Rubalcaba, el pasado, un perdedor.
Chacón no quiere, pues, un congreso de transición, les ha sugerido a los delegados que conviertan este cónclave sevillano en decisivo, sin esperas ni paréntesis.
Para su parroquia, también ha prometido, anticipándose a la votación de este mediodía, que va a integrar en la futura ejecutiva a las federaciones, que habrá tarta a repartir para todos y que aupará a la dirección de su partido “a gente buena, pero también a buena gente”. Ella piensa, en el fondo, que Rubalcaba y su séquito no lo son, porque han utilizado de todas las formas imaginables la fuerza del aparato de Ferraz y de los aparatos regionales para asfixiar su candidatura. Así se las gasta Chacón, que hasta se ha mostrado capaz de recaudar 40.000 millones de euros luchando contra la economía sumergida si llega al Gobierno. Eso es nada.
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