España

El fondo de Arrojo y Mateache deja de cobrar a sus clientes y se olvida de nuevas inversiones

El fondo Tvikap, principal accionista en Amper y también en Service Point, ha dejado de cobrar comisiones a sus clientes, entre los que se encuentra Rosalía Mera, Manuel Jove, Bankia, Banca Cívica o Espirito Santo y no se plantea realizar nuevas inversiones ni un nuevo levantamiento de capital.

El fondo Tvikap, principal accionista en Amper y también en Service Point, ha dejado de cobrar comisiones a sus clientes, entre los que se encuentra Rosalía Mera, Manuel Jove, Bankia, Banca Cívica o Espirito Santo y no se plantea realizar nuevas inversiones ni un nuevo levantamiento de capital. De hecho, en el registro mercantil aparece la disolución de la gestora matriz, Geminis Value Management, donde figuran como consejeros los promotores del fondo, aunque fuentes de Tvikap intentan quitar hierro al asunto, indicando que se traslada la actividad a la sociedad Aralia, "ya que no hay nada que gestionar".

Las mismas fuentes reconocen que han dejado de cobrar a sus clientes desde que en 2008 no se cerró la ronda fase de capital del fondo. Así, corroboran que no tienen ya “potencia de fuego” ni plantean nuevas actividades. Se dedicarán en exclusiva a las dos inversiones existentes, "sobre las que se está haciendo un buen trabajo", destacan, poniendo especial relevancia en Amper, “a la que hemos aumentado su facturación en 420 millones de euros y mejorado su Ebitda un 26%”.

Este fondo nació en 2007 con muy elevadas expectativas. Promovido por Pedro Mateache (ex McKinsey y Santander), José Manuel Arrojo (AB Asesores, Unión Fenosa) y Javier Tallada (especulador que obtuvo altas ganancias en operaciones bursátles), pretendía levantar unos 200 millones de euros, apalancar otra cifra (en el entorno de los 100 millones) y tomar posiciones relevantes en varias compañías del mercado continuo para, desde el consejo de administración, generar valor, influyendo en la gestión.

En su día, numerosas fuentes pusieron de manifiesto los riesgos. En primer lugar, los agresivos perfiles de Javier Tallada (que se apeó enseguida del proyecto) o José Manuel Arrojo. Por otro, la hostilidad con que recibían las compañías inversores financieros con deseos de entrar en la gestión, “un modelo que se ha demostrado estos años que no funciona”, indican otras fuentes con experiencia en la gestión de empresas cotizadas.

Si a eso se le suma que nació a la vez que el inicio de la crisis financiera, el desastre estaba cantado. Tvikap invirtió 100 millones de euros en sus inversiones, que valen ahora alrededor de 20 a precios de mercado, y por delante tiene un horizonte complicado para recuperar esas minusvalías.

Los portavoces de la entidad insisten en que el proyecto ya se estancó en 2008, cuando no se cubrió la siguiente ronda de financiación, subrayando en que ahora no hay ninguna novedad relevante, aunque confirman que han dejado de cobrar a los clientes y en que los planes iniciales de tomar posiciones en otras compañías están olvidados. La sociedad Aralia no tiene planes de abrirse a otras actividades, tampoco.

Una rutilante y glamourosa historia, como Gala Capital, que fue sacudida sin contemplaciones por la crisis. Algunas fuentes bancarias con presencia en Tvikap, sin embargo, señalan con dosis de filosofía que en uno o dos años las posiciones del fondo podrían mejorar sensiblemente y que, de momento, ya las tienen provisionadas. 

 

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