Las presoines para forzar la salida de José Luis Olivas de Bancaja aumentan, tras las últimas revelaciones que están recibiendo los consejeros de la entidad. Según la información que se ha transmitido a los consejeros, el cese de Olivas podría forzarse después de descubrir nuevos movimientos realizados por el vicepresidente valenciano de la entidad de espaldas a Rodrigo Rato.
La desconfianza de Bankia está además alimentada por la nueva auditoría que ha encargado a Pricewaterhousecoopers (PWC), después de relevar a Deloitte, el auditor tradicional de la banca valenciana.
Según las fuentes del consejo consultadas por Vozpópuli, dos gestos de Olivas son el detonante de las presiones para que presente su dimisión.
Olivas ocultó a Rato la financiación del gobierno Camps
El primer gesto fue su decisión de invertir 400 millones de euros en financiar al gobierno Camps de espaldas al presidente de Bankia. Olivas decidió invertir en los llamados bonos patrióticos de la Generalitat Valenciana, una operación que supuso que Bancaja no actuara como mero intermediador sino que asumiera la compra de 200 millones de esos bonos. Otros 200 millones de euros entraron en el balance de Bankia vía Banco de Valencia, entidad que también presidía Olivas. En total, 400 millones de euros de gasto.
La operación fue presentada en Bankia como un hecho consumado, aseguran fuentes del consejo contrarias al movimiento que interpretan como un giro de 180 grados la nueva decisión de Bankia de no acudir a una segunda emisión de bonos de gobierno valenciano –la que finaliza el próximo 26 de abril— y en la que la Generalitat Valenciana ha tenido que optar por La Caixa como entidad colocadora.
Los movimientos han trascendido ahora entre los consejeros y han roto definitivamente la confianza entre los socios madrileños y valencianos de Bankia. Todo ello ha reforzado las presiones para que Olivas abandone la entidad en las próximas semanas.